Tegucigalpa, Honduras.- “Los ratones hicieron cuevas para hacer sus nidos en este extremo del puente. Por eso, cuando comenzó a llover, se cayeron los pedazos de tierra carcomidos por los animales, hasta que se desmoronó todo, poniendo en riesgo el sostén de la estructura”, explicó un ingeniero encargado de la reparación del puente El Dólar.
Esta estructura conecta sectores clave de la capital, como la colonia San Miguel, la 21 de Octubre y el anillo periférico. A diario, cientos de peatones y vehículos lo utilizan, por lo que su actual condición representa un riesgo inminente.
Desde hace más de siete meses, uno de los extremos del puente permanece desmoronado. Aunque la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) envió un equipo técnico, las lluvias recientes provocaron nuevos deslizamientos que han impedido avances en la reparación, según indicó el ingeniero en el sitio.
Silvio Larios, ingeniero y gerente de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (Chico), advirtió a EL HERALDO sobre la urgencia de supervisar este tipo de infraestructuras, especialmente durante la temporada lluviosa, ya que muchos son viejos y los materiales se van desgastando..
En el Distrito Central (DC) existen alrededor de 46 puentes: 32 de ellos son peatonales y 14 son especiales para el paso de vehículos livianos y hasta pesados.
“Un tema que hay que tener muy de cerca en la capital, es el monitoreo de nuestros puentes, porque hace poco pasó en San Pedro Sula, por Expo Centro, que colapsó un puente y en Tegucigalpa ahorita estamos por entrar a la época más fea del invierno”, alertó Larios.
El ingeniero recordó que “la alcaldía tiene una tarea ardua de monitoreo. No olvidemos que ya se nos cayó un puente, y hasta ahora no se ha informado oficialmente la causa del colapso del puente que conecta la capital con la salida a Valle de Ángeles”.
Ese colapso —ocurrido mientras una máquina recicladora de asfalto cruzaba la estructura— refuerza la necesidad de supervisión técnica permanente en obras similares, especialmente en aquellas que soportan vehículos pesados.
Larios también hizo un llamado a que los proyectos de infraestructura cuenten con personal altamente capacitado. “No pongan cipotes recién graduados de ingeniería a encargarse de ellos”, criticó.
Añadió que existen cooperaciones técnicas como la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), que podrían apoyar con asesoría especializada y hasta con trabajos donados.
Por su parte, un arquitecto experto en obras urbanas , que pidió no revelar su identidad, señaló que estas obras deben ser supervisadas no solo por equipos técnicos, sino incluso por el titular de la Alcaldía.
“Si estoy haciendo puentes, debo estar encima, verificando que se hagan bien. A veces solo se dejan guiar por lo que les dicen, sin constatarlo personalmente”, manifestó el especialista.
La falta de inspecciones periódicas, indicó, es un problema que se arrastra desde hace años. “La frecuencia de las supervisiones depende del tipo de material usado en la estructura”, explicó.
Mencionó el caso del puente Estocolmo, de acero, cuya corrosión es visible a simple vista. “Están oxidadas, apretadas, se han robado materiales.
"El puente Estocolmo, gracias a Dios ha servido todavía, no sé si se ha supervisado o arreglado, pero para mí, si no se ha hecho, uno de estos días se va a caer y nos vamos a quedar sin puente porque va a tardar otros 10 años en volverse a hacer”, advirtió el arquitecto.
EL HERALDO intentó obtener una declaración de la gerencia de Control y Seguimiento de la AMDC sobre la cantidad de puentes evaluados en los últimos meses, pero no hubo respuesta.
Tras los recientes colapsos, la población capitalina expresa creciente preocupación al transitar por estos pasos, temiendo que puedan desplomarse en cualquier momento sin previo aviso.
