Tegucigalpa, Honduras.- El esplendor del parque La Concordia se ha ido desvaneciendo con el paso del tiempo, dejando solo recuerdos en los capitalinos que lo visitaban desde niños para admirar su belleza simbólica entre las estelas mayas.
El muro perimetral del parque, dañado desde hace más de un año y medio tras el impacto de un vehículo, continúa sin ser reparado. En su interior, el espacio es utilizado como botadero de basura.
La estructura que una vez enmarcó el Jardín Maya ahora amenaza con desplomarse. Grietas profundas recorren los muros, que están a punto de colapsar, representando un peligro para quienes aún se atreven a entrar.
“Es una lástima que espacios como este se pierdan por el descuido de las autoridades, aparte de que recuerda la identidad y nuestras raíces por las estelas mayas”, consideró Juan Mendoza, un asiduo visitante del lugar desde pequeño.
Inaugurado en 1883 como parque Bográn, este espacio contaba con un quiosco para conciertos y reuniones familiares. En 1939, fue rebautizado como Jardín Maya gracias a las réplicas de estelas y monumentos de la civilización maya que le dieron un distintivo toque cultural.
Todo ese arte se está perdiendo sin que las autoridades lo recuperen. Las réplicas, antes fotografiadas por turistas, ahora lucen solas porque pocos capitalinos las visitan. Las peceras o lagunas están secas sin agua ni vida.
“La Alcaldía prometió intervenir, pero ha pasado mucho tiempo sin una verdadera restauración”, reclama Juan Carlos Gómez, otro vecino del sector. “Ni siquiera arreglan el muro, ¿cómo van a rescatar todo lo demás?”.
La Policía Municipal mantiene presencia en el lugar, pero esto no ha sido suficiente para su recuperación. Lo que una vez fue punto de encuentro familiar y parada obligada para los visitantes, ahora es un lugar peligroso y abandonado.
El parque La Concordia resiste el paso del tiempo, pero no el abandono. Los capitalinos exigen a las autoridades municipales una intervención urgente, no solo por el valor histórico del espacio, sino por la necesidad de que Tegucigalpa recupere un pulmón verde y un sitio de identidad.
“Este parque cuenta historias. Aquí crecimos muchos y es necesario recuperar este espacio”, concluye Mendoza.