Tegucigalpa, Honduras.- El uso de estufas de gas en los hogares es cada vez más frecuente. Beneficios como el ahorro de energía eléctrica o la posibilidad de cocinar sin importar un corte de luz han sido un imán para muchos usuarios.
Pese a que sus ventajas son numerosas, también pueden resultar peligrosas. No tomar las precauciones necesarias con estos aparatos podría ocasionar explosiones que deriven en pérdidas materiales e incluso humanas.
Registros del Hospital Escuela indican que, cada semana, se reciben al menos tres pacientes con quemaduras ocasionadas por contacto con fuego. Aunque las causas son variadas, la explosión de cilindros de gas es un motivo común.
“Por lo menos tres pacientes con quemaduras por flama o contacto con fuego recibe cada semana la Unidad de Quemados del Hospital Escuela, entre ellos personas a quienes el cilindro de gas les explota mientras lo manipulan”, lamentó el centro hospitalario.
Dos casos recientes se registraron en la última semana de julio. El primero fue el de una mujer de 53 años que fue trasladada al Hospital Escuela luego de que un cilindro de gas explotara y le provocara graves heridas.
Pese a luchar durante una semana por su vida, no logró sobrevivir al incidente. Los daños también afectaron a una segunda persona que estaba presente en el momento de la explosión.
En este caso, el paciente continúa con vida; no obstante, el Hospital Escuela informó que se encuentra en condición crítica y bajo manejo especializado por la Unidad de Quemados.
¿Cómo prevenir la explosión de un cilindro de gas?
La explosión de un cilindro de gas puede ser impredecible; sin embargo, hay algunas medidas que pueden aplicarse para disminuir las probabilidades de un accidente de este tipo.
Una de ellas es inspeccionar el cilindro antes de utilizarlo. El usuario debe revisar minuciosamente el envase, asegurarse de que no tenga daños visibles y comprobar que la válvula esté correctamente cerrada.
El lugar donde se almacene es de vital importancia. Espacios muy cálidos o cercanos a productos inflamables pueden ser el detonante de una situación peligrosa. Lo más seguro es mantenerlos en sitios frescos y alejados.
Lubricar con aceite las roscas de los cilindros de gas para abrir el recipiente es una práctica común, pero altamente riesgosa. Lo mejor, en caso de que se atasque, es llamar a un profesional para que lo solucione o, mejor aún, realizar un cambio total del cilindro.
Otro error frecuente es dejar abiertas las válvulas aun cuando no se está utilizando. Lo más seguro es cerrarlas cada vez que se termina de cocinar.
Las mismas medidas deben aplicarse a los cilindros vacíos, ya que son igual de peligrosos que uno lleno. Contienen restos de gas o material inflamable que podrían estallar con el más mínimo error.
El Hospital Escuela instó a la población hondureña a tomar todas las precauciones correspondientes en el uso de estos aparatos para evitar formar parte de la estadística semanal de quemados que recibe el centro asistencial.