Tegucigalpa, Honduras.- La construcción de la carretera que conduce al oriente del país, específicamente de Villa Vieja a Los Pinos, ha sido uno de los proyectos que más quejas ha despertado entre la población: pocos avances y enormes tráficos.
Este viernes los transportistas se tomaron –por segunda vez en el año– el tramo carretero, quejándose de que los avances son prácticamente nulos y ya no soportan tener que trabajar en esa situación.
“Solo a través de las tomas es que las autoridades nos escuchan”, aseguró uno de los transportistas que protestaba en el lugar.
La ruta más afectada es la de Villa Vieja-Mercado, fueron sus conductores los que desde tempranas horas de la mañana obstaculizaron la única calle habilitada para entrar y salir de la zona, lo que provocó un caos vehícular.
Ellos afirman que trabajar en la zona se vuelve, cada vez, menos rentable. El deterioro de las unidades, provocado por el mal estado de las calles, ha representado un gasto para ellos, además el caos infernal hacer que invierten el doble en combustibles.
La zona solo tiene habilitada una vía, por ahí deben entrar y salir miles de vehículos. No obstante, el paso se abre cada 45 minutos, es decir que, mientras una línea está pasando, los otros deben esperar casi una hora para que sea su turno.
Los conductores llegaron a un acuerdo con la Policía Nacional (PN), ellos rehabilitaron el paso, pero a cambio, las autoridades tuvieron que brindarles rutas alternas.
Esta solución es provisional, ya que los mismos transportistas aseguran que las calles alternas tampoco están en buen estado, por lo que esperan que en los próximos días los avances se comiencen a ver, de lo contrario, seguirán tomando medidas.
Cabe resaltar que, esta situación no solo afecta a los transportistas, sino también a los pobladores que viven en zonas como Tatumbla, Linaca, Azacualpa y otras comunidades aledañas, que para movilizarse tienen que esperar al menos una hora.
Hace exactamente un mes –18 de junio– el Tribunal Superior de Cuentas (TSC) se abocó a la carretera para hacer una inspección, esto debido a las múltiples denuncias de retrasos que habían en ese momento.
Hoy, un mes después, nada ha cambiado, los trabajos siguen a paso de tortuga y las quejas de los residentes son las mismas.
