Tegucigalpa, Honduras.- Cáncer, parálisis o infecciones pueden dejar con movilidad reducida a perros y gatos, pero en Honduras aún es limitada la atención para estos casos.
Frente a esta necesidad, la Fundación Hondureña de Rehabilitación e Integración del Limitado (FUHRIL) ha abierto un espacio singular en su taller: la fabricación de sillas de ruedas para animales.
Esta organización, reconocida por atender a personas con discapacidad, también se ha dedicado a crear y reparar sillas de ruedas tanto para humanos como para mascotas.
EL HERALDO visitó la FUHRIL, para conocer el proceso de fabricación y reparación de sillas de ruedas para humanos y animales.
La directora Norma Zavala, explicó que esta iniciativa busca aliviar el sufrimiento de los animales que pierden movilidad, especialmente en sus patas traseras.
“Las mascotas se han hecho muy cercanas a nosotros. Algunos animales, por cáncer u otros padecimientos, ya no pueden usar sus patas traseras y al estar acostados constantemente terminan con llagas”, detalló.
Inicialmente, el taller se enfocaba únicamente en sillas de ruedas para personas. Pero la historia cambió cuando un visitante llegó a la fundación con un perrito que no podía caminar.
“El animalito se arrastraba. El señor que lo trajo no podía dejarlo solo en casa, era muy pequeño. David, nuestro compañero con 25 años de experiencia aquí, lo vio y propuso una solución. Lo intentó y funcionó”, relató Zavala.
David, quien es sordomudo, llegó a FUHRIL hace 25 años en busca de atención. Desde entonces se capacitó con el equipo técnico de la fundación y ahora es el responsable principal del taller de fabricación de sillas de ruedas.
El costo que tiene adquirir una silla de ruedas para un animal, varía según el tamaño que tenga la mascota. Entre más grande sea, más costosa puede llegar a ser. Sin embargo, el precio ronda entre los mil y dos mil lempiras.
Sin embargo, cuando el solicitante es de escasos recursos, la fundación gestiona donaciones para entregar el dispositivo sin costo, tanto a personas como a animales. Para ello, se realiza primero una evaluación socioeconómica del caso.
Este proyecto representa una luz de esperanza para las familias que ven a sus mascotas parte de su núcleo y no desean verlas sufrir por falta de movilidad.