Tegucigalpa, Honduras.- El muro perimetral del parque La Concordia permanece dañado, luego de que un vehículo impactara contra la estructura que rodea el histórico espacio capitalino. Las columnas del muro continúan deterioradas sin que las autoridades municipales tomen acciones de restauración.
El daño es visible desde cualquier punto del histórico parque que cada día se deteriora a vista y paciencia de las autoridades municipales del Distrito Central.
Para quienes aún recorren el lugar, la imagen es un recordatorio del abandono que enfrenta este patrimonio capitalino. “Las autoridades tienen que preocuparse más por estos espacios que también son culturales”, expresó don Carlos Martínez, un capitalino que recuerda con nostalgia las tardes al aire libre y los niños jugando junto a la laguna artificial.
El entrevistado recordó que años atrás, los estudiantes visitaban el parque y realizaban recorridos hasta el museo Villa Roy, una tradición que se perdió tras el cierre del museo y el deterioro del histórico espacio frecrrativo.
El parque La Concordia fue inaugurado en 1,883 como el parque Bográn, con un jardín y un quiosco donde se ofrecían conciertos.
En 1,939, tomó un nuevo rostro y pasó a llamarse jardín Maya o parque La Concordia, destacando por sus réplicas de estelas y monumentos de la civilización Maya.
En su época dorada, era uno de los espacios más emblemáticos de la capital, un punto de encuentro familiar y un atractivo turístico para nacionales y extranjeros.
Actualemente su imagen contrasta con aquel pasado de esplendor. El muro dañado, la falta de mantenimiento y la poca presencia de personal encargado revelan el abandono y el olvido de este lugar.
Los vecinos del legendario barrio Buenos Aires, donde se ubica el parque exigen la pronta intervención de las autoridades locales. Piden que se rescate este espacio que formó parte de la historia y la memoria de Tegucigalpa.
“El parque La Concordia tiene valor histórico y cultural. No puede seguir en ese estado”, expresó Martínez, mientras observa el muro agrietado que, según dice, lleva más de un año esperando atención.
El esplendor maya que alguna vez distinguió a La Concordia se opaca entre el olvido. El llamado es para las autoridades municipales para que lo puedan restaurar.