Tegucigalpa, Honduras.- ¿Y ahora dónde voy a ir?, esa es la pregunta que se hacen decenas de padres de familias, abuelos y niños con condiciones especiales cuando se gradúan de noveno grado: el último nivel académico de la escuela Eagle & Sun, ya que la falta de recursos económicos les impide expandirse hasta bachillerato.
“Acabamos de recibir a una abuelita que se acaba de ir llorando, porque este es el último año de su niño que ya llega a tercer curso. La pregunta que ella me hizo es, ¿y ahora a dónde voy a ir? Si mi nieto estuvo aquí y tuvo muchas mejoras, está feliz en la escuela, es su ambiente, es su lugar”, relató Soledad Donaire, presidenta y fundadora de la escuela para niños con condiciones especiales Eagle & Sun.
Eagle & Sun es un centro educativo bilingüe con una malla curricular igual que cualquier otro, sin embargo, hay algo muy importante que los diferencia, y es que su especialidad son todos aquellos niños que tienen una condición especial. Según Donaire, es el único que existe a nivel nacional.
Aunque son pocas, el país sí cuenta con escuelas inclusivas, sin embargo, son muy limitadas en cupos y también en el tipo de discapacidades que aceptan. En su caso no tienen muchas restricciones, ya que tratan con todo tipo de especialidades: síndrome de down, hipoxia, epilepsia de difícil manejo, cardiópatas, e incluso parálisis cerebral.
Estas son solo algunas de las condiciones con las que tratan al interior de la escuela, sin embargo, hay muchas otras más. El centro no solo brinda atención especializada, sino que también brinda becas a quienes no tienen la posibilidad económica de costear la educación de sus hijos.
Francia Hernández, administradora del centro, explicó a EL HERALDO que, hasta el momento, tienen matriculados 89 alumnos, de los que el 52% son becados. Algunos tienen una beca del 30%, otros del 50% y, para quienes sus posibilidades son prácticamente nulas. les brindan una del 100%, es decir, que no corren con ningún gasto.
Así es el caso de Alba Valle, madre de David –nombre ficticio para proteger la seguridad del niño–, quien tiene una epilepsia de difícil manejo y autismo en nivel uno. Solo en medicamentos, los gastos pueden superar los 22 mil lempiras.
“La escuela me ha apoyado desde el principio, en todo, principalmente en el área económica, porque si no me hubieran dado la beca completa, pues, no sé si lo tuviera acá, aunque me lo hubieran aceptado, porque mi hijo toma muchos medicamentos neurológicos”, explicó Valle.
David, es un adolescente de 14 años, y aunque su condición es de nacimiento, se la detectaron hasta los cuatro o cinco años cuando los maestros del kínder comenzaron a percibir comportamientos no comunes.
Antes de llegar a Eagle & Sun, su madre intentó matricularlo en múltiples escuelas, sin embargo, la respuesta fue la misma en todos lados: no. Después de tantos intentos fallidos, Valle conoció este centro, en el que desde la primera vez logró ser admitido.
Así trabaja Eagle & Sun, un centro que día a día lucha por brindarles nuevas oportunidades a todos estos niños. “Los niños con capacidades especiales en su adultez pueden hacer una vida independiente y productiva, pueden trabajar, no todas las condiciones, pero sí un buen número, lo cual puede lograrse si los niños tienen desde edades tempranas una vida bastante cercana a lo que es la normalidad”, expresó su fundadora, Donaire.
Esta escuela es un rayo de esperanza para los padres de familia y los niños que sueñan con un futuro como el de cualquier otro niño de su edad, sin embargo, la ilusión se termina cuando llegan a tercer curso, el último nivel con el que cuenta la escuela.
El costo de las becas las absorbe la misma escuela, según su administradora, Francia Hernández, el déficit que tienen es mayor a 186,000 lempiras.
Donaire, explicó que “una escuela que trabaja con capacidades especiales tiene gastos mayores que una escuela normal porque la relación maestro-cantidad de alumnos es súper inferior a la de una escuela con niños neurotípicos”.
Una de las principales razones de esos gastos es que “aquí nosotros tenemos una relación de un maestro por cada doce niños, máximo quince es nuestra relación, aparte, en un aula está la maestra, la niñera o asistente y los doce niños”.
Otro punto importante, es que “reciben asistencia de un educador especial que cubre las habilidades que la niña o el niño no pueden cubrir, de una psicóloga que hace terapias de lenguaje, de motricidad, de lectoescritura y todas estas personas tienen un salario”.
Eagle & Sun cuenta con el apoyo de la fundación Eagle & Orange, la cual fue creada por la misma fundadora, no solo para poder sostener la escuela que ya está en funciones, sino para poder ampliarla y darle esta oportunidad de crecimiento a nuevos niños, ya que actualmente su estructura solo tiene capacidad para 100.
No obstante, la fundación todavía no cuenta con los ingresos necesarios para poder ampliar la capacidad de la escuela y agregar nuevos niveles académicos hasta el bachillerato. La escuela, ya cuenta con la ayuda de una fundación para construir la escuela, sin embargo, no tienen un terreno donde realizar la construcción.
Los ciudadanos que quieran aportar, no solo a la escuela, sino a los niños que buscan la oportunidad de crecer en el mundo profesional pueden hacerlo a través de su página web donde se puede apadrinar a uno de los niños que estudian en el lugar u otro que necesite entrar.
Otro tipo de aporte con el que cuentan son donaciones, las cuales se pueden hacer a través de la página web o directamente a las siguientes cuentas bancarias: Banco Atlántida: 010111035001 y BAC Credomatic: 730317921 Ficohsa: 200004451189.
Este 21 de junio la fundación realizará una noche benéfica en Burger King, del bulevar Juan Pablo II, el valor del combo es de 250 lempiras. Todo el equipo estará en el lugar desde las 10:00 a.m. hasta las 8:00 p.m.
“Nadie está exento de tener en su familia un niño con capacidades especiales, por ende, cuando lea este artículo, no lo vea de lejos, es una situación que está ahí, palpable, latente, a la cual creo que todos podemos sensibilizarnos y escribir, apoyar”, expresó Donaire.