Alianzas y presiones afloran en disputa por la presidencia del Congreso

Como ninguna bancada tiene mayoría simple, hay tres escenarios posibles: un acuerdo entre nacionalistas y liberales, una alianza entre liberales y Libre o un pacto entre nacionalistas y Libre

  • Actualizado: 29 de diciembre de 2025 a las 16:36
Alianzas y presiones afloran en disputa por la presidencia del Congreso

Tegucigalpa, Honduras.- Como ninguna de las tres fuerzas mayoritarias en el Congreso Nacional cuenta con los 65 votos para alcanzar la presidencia de la Junta Directiva, los próximos 22 días serán cruciales para que las bancadas alcancen un consenso y no se repita otra ilegalidad como la ocurrida en enero de 2022, cuando se impuso a la fuerza a Luis Redondo.

Actualmente, el Congreso saliente busca cerrar un periodo crítico, con un pleno en sesiones hasta el 20 de enero próximo que pretende parar los abusos de una cuestionada Comisión Permanente nombrada y presida por Redondo, quien ha manifestado su interés de anular las elecciones.

En ese contexto anárquico, los liberales y nacionalistas que actualmente llevan la delantera con el número de los diputados electos para el período 2026-2030 ya presionan por la presidencia del Legislativo, pero como ningún partido tiene los 65 votos que les asegure el liderazgo están obligados a pactar entre ellos, o con el Libertad y Refundación (Libre), que descendió a la tercera fuerza política.

Hasta la tarde de este lunes 29 de diciembre de 2025, de los 128 diputados que conforman el Poder Legislativo, el Partido Nacional obtenía 49, seguido por el Partido Liberal con 41.

El partido Libertad y Refundación alcanzaba 35, mientras que el Partido Innovación y Unidad (Pinu) apenas llegaba a dos congresistas y la Democracia Cristina obtenía una diputación.

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Aunque hasta este 30 de diciembre el Consejo Nacional Electoral (CNE) emitirá su declaratoria en cuanto a los diputados, algunos políticos ya perfilan como candidatos a la presidencia de la nueva Junta Directiva a los nacionalistas Tomás Zambrano, Marco Midence y Carlos Ledezma, mientras que por el Partido Liberal se proyecta a Marlon Lara.

El analista Juan Ramón Martínez considera que lo ideal es que el partido perdedor que le sigue al ganador en cantidad de votos debería ser el que dirija el Congreso Nacional, pero en Honduras ya es una práctica común y corriente, en casi todos los gobiernos, que lo dirija el partido ganador del Ejecutivo.

Recordó que antes de realizar las elecciones le propuso un acuerdo a los candidatos Nasry Asfura y Salvador Nasralla en el sentido de que “lo ideal sería que la presidencia del Congreso la tenga el partido que ha perdido las elecciones”.

“Sin embargo, en la práctica lo que ocurre es que el que llega a conquistar el poder ejecutivo quiere también controlar el Poder Legislativo. Yo creo que es difícil luchar en contra de una costumbre tan arraigada”.

Como no habrá un partido que tenga la mayoría simple, en este sentido, la salvación es que se nombre un presidente del Congreso que actué bajo el respeto de la ley y de la democracia, “que entienda que el Poder Legislativo es un órgano colegiado y que, en consecuencia, ser presidente de la junta directiva es sencillamente ser el responsable por la aplicación del Reglamento Interno- el cual exhibe muchas aristas antidemocráticas- y de permitir a cada uno de los diputados todas libertad para poder intervenir", sostuvo Martínez.

En los últimos cuatro años, el Congreso Nacional se convirtió en un escenario donde prevaleció la anarquía y la ingobernabilidad.

Integración de la Junta Directiva

De acuerdo con la normativa interna del Legislativo, para la instalación del Congreso Nacional los diputados deben reunirse en sesiones preparatorias el 21 de enero del año inmediatamente posterior a las elecciones en la cual resultaron electos. La primera sesión preparatoria será presidida por el secretario en los despachos del Interior y Población, ahora Secretaría de Gobernación, Justicia y Descentralización.

Hay dos clases de Juntas Directivas: Provisional y en Propiedad. La Junta Directiva Provisional es la que se constituye en la primera sesión preparatoria del Congreso Nacional y está integrada por un presidente, un vicepresidente y un secretario.

Una vez electa, le corresponde presidir las sesiones preparatorias para la instalación del Congreso Nacional. En la última sesión preparatoria del 23 de enero del año inmediatamente posterior a las elecciones generales, los congresistas elegirán a la Junta Directiva en propiedad por mayoría simple de los votos.

El presidente del Congreso Nacional ejercerá sus funciones por un período de cuatro años, el resto de la Junta Directiva durará dos años, con la opción de ser reelectos. Este órgano estará integrado por un presidente, al menos seis vicepresidentes, dos secretarios, dos prosecretarios y los miembros alternos que sean necesario.

De acuerdo con el abogado y analista Félix Ávila, como ninguno de las tres fuerzas mayoritarias en el Legislativo alcanzó las 65 diputaciones, que representarían los votos necesarios para imponer una junta directiva, entonces no les queda otra alternativa que entrar en negociaciones y alianzas para alcanzar la cifra necesaria.

Los partidos Nacional y Liberal son los mayoritarios en cuanto se refiere al número de diputados, pero no alcanzan una mayoría simple para ser una junta directiva y gobernar el Congreso, entonces definitivamente tienen que hacer alianzas entre ellos. Históricamente ha sido así. Ahora el problema que existe es que está de por medio Libre.

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Lo lógico sería una alianza entre nacionalistas y liberales. Pero como en política todo es posible, Libre —al tener una buena cantidad de diputados— puede entrar en consenso con los liberales y quitarle la presidencia del Congreso al Partido Nacional complicándole el control del Legislativo, advirtió Ávila.

Sin embargo, advirtió, está la posibilidad que el los partidos Nacional y Libre entren en alianza. No obstante, el peor error, tanto para nacionalistas como liberales, es aliarse con Libre, porque podría pasarles una factura.

“Hay que mirar hacia atrás, hay que ver la historia reciente que es lo que ha ocurrido. Libre ha estado en el Congreso solo creando desorden. El problema está en las ambiciones de algunos”, criticó.

"Creo que de repente si el Partido Liberal quisiera aliarse con Libre o viceversa, lo harían simple y sencillamente no con una finalidad de hacer una buena gobernanza, sino que sería simple y sencillamente con la idea de hacerle una oposición férrea al Poder Ejecutivo”, añadió Ávila.

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“Entonces, eso les pasaría factura definitivamente, habría consecuencias. Porque sí, básicamente una alianza entre Libre y liberales sería nada más como para bloquear un montón de proyectos, iniciativas de los nacionalistas”, agregó.

Para Ávila, dada las circunstancias, se busca un Congreso activo, armonioso y tolerante, por eso debe ser presidido por un hombre o mujer con cualidades de conciliador, con una visión clara de que la función del Congreso es legislar. Es decir, "mantener una, si se quiere, distancia con los demás poderes del Estado, pero dentro de la colaboración que se necesita”.

Aunque por suenan algunos nombres, la nueva Junta Directiva del Legislativo debe estar liderada por una persona que tome en cuenta a los diputados, que no se abrogue las facultades del Congreso él solo, sino que entienda de que el Poder Legislativo "es una asamblea y donde deben y donde tienen opinión todos los grupos parlamentarios”, demandó.

Por su parte, el también analista y abogado Lester Ramírez, es del criterio, que ante un escenario con victoria ajustada, las principales bancadas en el Legislativo tendrán que negociar algunos acuerdos de gobernabilidad y para ello se deberá integrar una junta directiva con los miembros de todos los partidos.

El desafío es nombrar en la presidencia una persona que tenga el apoyo de las principales bancadas. "Me imagino que entre el nacionalistas y liberales van a tener la mayoría de votos para nombrar el presidente", expresó Ramírez.

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Redacción web
Redacción

Staff de EL HERALDO, medio de comunicación hondureño fundado en 1979.