Tegucigalpa, Honduras.- La historia registra el nacimiento de Jesús en Belén de Judea. La Biblia relata que, luego de que María se trasladara de Nazaret hacia Belén, el milagro de la vida tuvo lugar y la promesa de Dios se hizo presente con la llegada de El Salvador para darle fe y esperanza a este mundo.
Es esta narración la que representan los nacimientos que, año con año, familias capitalinas e instituciones se esmeran en preparar para llevar el mensaje de que el Niño Jesús nació y sigue con nosotros.
Don Marco Antonio Sierra es uno de los capitalinos que, a su estilo inigualable, construye nacimientos heredados de sus abuelas, cuando desde pequeño aprendió a colocar cada figura en su lugar, recreando escenas navideñas y aprendiendo el valor de la paciencia, la dedicación y la creatividad.
Sierra recuerda con nostalgia cómo comenzó: “Yo la traigo de mi abuela, en el barrio Guanacaste; ahí empezamos. Luego nos trasladamos para el Hato de Enmedio, donde empecé a hacer estos nacimientos”, expresó con alegría y fe el entrevistado.
Don Marco confiesa que la motivación principal para seguir con esta tradición ha sido el propio espíritu de la Navidad: “El nacimiento del Niño Jesús es un compromiso con la fe y con las tradiciones que nos inculcaron nuestros mayores”, expresó.
Aunque reconoce que la tradición se ha ido perdiendo en muchos lugares, Marco Antonio insiste en mantener viva la esencia: “En varios lados ahora solo hacen los árboles navideños; la tradición americana que entró a Honduras se ha quedado. La gente ya no quiere hacer nacimientos o tal vez no quieren comprar figuras”, refirió el entrevistado.
Don Marco dedica ocho días en hacer este nacimiento, tiempo que ha venido invirtiendo desde hace más de 50 años.
Se desconoce la cantidad de figuritas que don Marco coloca en el nacimiento. “No he contado y siempre me preguntan eso, pero no sé cuántas piezas lo componen, aunque cada una tiene un valor sentimental, un recuerdo de viajes, familiar y momentos que nunca quiero perder”, expresó el entrevistado.
“Cuando fui a Guatemala y a El Salvador compré alguna figura, que son desde 1978, y poco a poco fui adquiriendo más”, recordó el entrevistado.
Para Marco Antonio, la Navidad es tiempo de reflexión y de amor hacia los demás: “Que sea un tiempo de reflexión sobre nuestro Dios Jesucristo, que pensemos en los demás y demos amor a las personas. La Navidad no es solo regalos, es transmitir fe, esperanza, alegría y unión familiar; eso es lo que intento reflejar en cada nacimiento que construyo”, reflexionó don Marco, quien reside en el Hato de Enmedio.