El racionamiento de agua en al menos 170 barrios y colonias de la capital que reciben suministro cada tres días ha sido el detonante de una ola de abusivos aumentos al vital líquido por parte de los aguateros.
Los habitantes de colonias como Las Palmas, 28 de Marzo, Villa Nueva y La Era denuncian que los aguateros han elevando de 30 lempiras a 50 el precio del barril de agua.
“Es inconcebible que nosotros paguemos al SANAA por un servicio de mala calidad y ahora tengamos que cargar con los elevados cobros de las cisternas que se aprovechan de la situación”, reclamó Rosario Aguilar, una vecina de la colonia 28 de Marzo.
El reclamo de doña Rosario es justo, pues los propietarios de cisternas compran cada galón de agua en los llenaderos del SANAA a 0.05 centavos de lempiras y considerando que cada barril almacena 55 galones ellos pagan apenas 2.75 lempiras por cada barril.
Un carro cisterna puede almacenar hasta siete mil galones (127 barriles aproximadamente), por el que paga 350 lempiras al SANAA por llenarlo.
Esto significa que al vender cada barril a 50 lempiras cada propietario de una cisterna gana hasta mil veces lo que invierte.
Y es que el 20 por ciento de los abonados del Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillado (SANAA) que se abastecen de la fuente superficial de El Picacho están atravesando una seria escasez.
El calendario de racionamiento indica que reciben el vital líquido en sus hogares cada tres días, pero en las partes altas de estas comunidades no llega el servicio, por lo que pasan semanas sin ver caer una tan sola gota de sus llaves.
Es por ello que el SANAA envía de cuatro a seis carros cisternas dos días por semana a reforzar el abastecimiento, pero con la demanda no todos los habitantes logran llenar sus reservas.
Como consecuencia, los ciudadanos se ven obligados a comprar por barriles el vital líquido a los aguateros.
Las autoridades del SANAA aseguran que no han aumentado el precio del agua en los llenaderos, por lo que solicitan a la Fiscalía de Protección al Consumidor que actúe de oficio contra los especuladores de precios del suministro.