Tegucigalpa, Honduras.- Un fuerte incendio en el corazón de la capital arrasó ayer con locales, inversiones y los sueños de sus propietarios, que con mucho esfuerzo y esperanza invirtieron dinero, tiempo y dedicación para poder ver sus sueños realizados.
Con una enorme tristeza en su rostro y sus ojos llorosos, algunos de los dueños miraban como su patrimonio ardía por las fuertes llamas de fuego que calcinaban su tienda.
Uno de ellos es Dennis Díaz, un padre y esposo, que lamentó ver sus tres negocios siendo consumidos luego de 12 años de trabajo, “sí, duele todo lo que nos ha sucedido, realmente, pero le doy gracias a Dios que las personas que estaban ahí adentro y de los lugares vecinos también están con vida”, declaró.
Mientras intentaba pensar positivo y ser fuerte, su voz comenzó a entrecortarse por sus ganas de llorar, “pero Dios le pone pruebas a hombre valientes” dijo, intentando encontrar un consuelo en esa difícil situación.
“Yo tenía otros emprendimientos aquí cerca, tenía tres más y tenía, como dicen, todos los huevos en una canasta porque los tenía en la misma zona, entonces se quemaron tres y uno que me iban a dar el jueves, pues iban a ser cuatro”, lamentó.
El siniestro también arrasó con Chinda Díaz, el local histórico que durante 60 años acompañó a los capitalinos. Los actuales dueños de este icónico local llegaron a ver su historia y su inversión ser reducido a cenizas.
“Lamentable todo lo que ha sucedido”, dijo Daniela, una de las dueñas de Chinda Díaz, un negocio que cerró en el 2020, pero hace un año decidieron reabrirlo “con la ilusión de regresarle al pueblo hondureño lo histórico que era”, declaró.
Mientras el incendio aún no había cesado, un hombre de la tercera edad, identificado como Fernando Reyes, apoyado sobre una pared, lloraba desconsoladamente, pues miraba el negocio de su hija ser consumido por el fuego.
En su mirada se observaba la tristeza y la impotencia de no poder hacer nada al respecto, el establecimiento solía abrir antes de las 8 de la mañana; sin embargo, el día de la desgracia a esa hora estaba incendiándose.
“Para ella esto es un golpe muy duro”, declaró este padre, “ella de ahí (refiriéndose a su negocio) mantenía a sus hijos”. Pero no solo ellos quedaron desamparados, sino que, con ella trabajaban otras siete personas, que posiblemente perderán su empleo.
Varios negocios ubicados detrás de la Catedral, en la avenida Miguel Cervantes, resultaron afectados por este voraz incendio, según las autoridades la posible causa que lo inició fue una fuga de gas.
