Tegucigalpa, Honduras.- El fuerte olor a aguas negras es perceptible desde varias cuadras en la avenida Máximo Jerez, una de las zonas más transitadas del Centro Histórico de Tegucigalpa.
La ruptura de las tuberías de aguas residuales ha provocado un derrame constante que recorre las calles donde operan numerosos negocios y emprendimientos locales, generando una situación insalubre que afecta tanto a los peatones como a los comerciantes.
La contaminación ha causado molestia entre quienes transitan a diario por la zona para llegar a sus trabajos o realizar compras.
“Uy no, este olor ya no se soporta aquí. La gente ya ni quiere venir a comprar, y con ese olor, cualquiera se va”, expresó una empleada de uno de los comercios afectados.
EL HERALDO consultó al personal de la Unidad Municipal de Agua Potable y Saneamiento (UMAPS) la razón por la que no se había tratado este problema, a lo que, la entidad respondió que necesitaba un permiso especial para iniciar sus labores.
Este permiso debe solicitarse al Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), ya que son ellos quienes se encargan de cuidar y preservar cualquier estructura que pueda ser valiosa para la historia de la ciudad o el país.
Rolando Canizales, titular de IHAH, aseguró que si la UMAPS quiere darle solución rápida a este problema de aguas negras “deben enviar una solicitud al IHAH con los planos de las obras que se van a realizar”.
Obstrucción
“En muchas de las calles del Centro Histórico, cuando se quita el cemento suele aparecer empedrado histórico, entonces por eso siempre se pide la autorización del Instituto y también la supervisión mientras se hacen los trabajos, nosotros enviamos un técnico que verifica que no hay restos de algún sistema constructivo antiguo”, explicó Canizales.
Pese a que la UMAPS aseguró que ya habían realizado todas las gestiones para obtener el permiso que se necesita. Canizales, se mantuvo en que la institución no ha “recibido ninguna solicitud para reparación de tuberías en esta zona cercana al Hoyo de Merriam”.
Hace más de una semana, las denuncias sobre este problema no han parado. Pese a ello, las condiciones para quienes trabajan en el sector siguen siendo las mismas, y, al parecer, seguirán así hasta que el papeleo de los permisos no se resuelva.
Mientras tanto, los trabajadores, peatones y dueños de negocios, deberán seguir soportando la insalubridad que genera el derrame de aguas negras en la zona. Además, arriesgarse a contraer alguna infección o enfermedad.
Con la esperanza de obtener respuestas, los locatarios pidieron a las autoridades solucionar lo más pronto esta situación, ya que no creen poder seguir soportando por mucho más tiempo esta situación.