Tegucigalpa

A puertas cerradas las bibliotecas buscan dar el paso a la digitalización

Las bibliotecas han puesto en marcha algunas alternativas para llevar la información a los usuarios. A través de correo electrónico se envía la información solicitada

23.04.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Entre los desperdicios hay tesoros. Marbin López lo demuestra con cada libro que rescata. Su sueño es crear una biblioteca.

Estudiante de Periodismo y Letras, como asiduo lector, sabe que la mejor recompensa de compartir un libro rescatado con otras personas es transmitir conocimiento.

Su última visita, en espacios que atesoran las memorias del país y el mundo, fue en la Hemeroteca Nacional Ramón Rosa antes de la pandemia.

Ahora, con bibliotecas a puertas cerradas, extraña esos espacios, sus ojos aún no se adaptan al PDF, le gustaría regresar allí.

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Conmemoración

“El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”, decía Miguel de Cervantes Saavedra, el escritor, novelista y dramaturgo por el que el 23 de abril se recuerda el Día del Idioma Español. Sin embargo, en esta conmemoración —por la pandemia— los viajes fantásticos, aventuras, sueños y conocimientos plasmados con esmero en papel se encuentran un poco limitados para los capitalinos con bibliotecas cerradas.

Aunque los centros dependientes de la Dirección de Cultura, Artes y Deportes se esmeran por ofrecer alternativas, mientras están cerrados, la era digital parece aún no llegar a la totalidad de libros, documentos y diarios que ofrecen los lugares.

Para el escritor hondureño y exdirector de la Biblioteca Nacional, Eduardo Bähr, que durante la emergencia sanitaria se autorice el ingreso en centros comerciales o eventos, mientras se restringe el acceso a las bibliotecas “da una idea de las prioridades” de los que nos gobiernan.

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Alternativas

Ana Valladares, directora de la Biblioteca Nacional Juan Ramón Molina, ubicada en la avenida Cervantes, detalló a EL HERALDO que desde el inicio de la pandemia buscaron alternativas para seguir con las atenciones de sus lectores.

Aunque las puertas del histórico inmueble estén cerradas, siguen con el registro ISBN (Número Estándar Internacional del Libro, según sus siglas en inglés) para que los usuarios puedan encontrarlos.

“Ese trabajo no ha parado, a través de la página se realizan las solicitudes y por correo”, explicó Valladares.

En cuanto a actividades, enfatizó que siguen con talleres, cuentos en casa en modalidad virtual (Zoom, redes sociales).

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Ante la necesidad de información, detalló que si los libros están digitalizados, se pueden enviar los datos por correo electrónico. “Los libros que no están digitales, se debe realizar una solicitud por correo y los apoyamos mandando una captura”, mencionó mientras revelaba que aunque se perdi? la presencia de lectores asiduos, se incrementaron las solicitudes para impartir talleres virtuales a estudiantes.

Del mismo modo, David Bados, encargado de la Hemeroteca Nacional, pormenorizó que aunque las atenciones no son presenciales, siempre están disponibles para los usuarios a través de solicitudes.

“Se ha planteado una hemeroteca digital, pero por los momentos no podemos implementarla. El personal trabaja, percibimos solicitudes mediante un formato, nos piden qué necesitan y damos respuesta vía telefónica o por correo”, informó Bados.

En algunos centros universitarios, las bibliotecas ofrecen su colección en línea, por ejemplo la Universidad Nacional Autónoma de Honduras dispone de esta modalidad.

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