Dos de los cuatro delincuentes que participaron en el asesinato interceptan al taxista en la calle principal de la colonia El Pedregal y lo amenazan con pistolas. Los otros dos participantes permanecen dentro del taxi.
Uno de los asesinos se baja del taxi y le hace señal de parada a un camión en el momento en que sometían a la impotencia al taxista asesinado.
Tres de los delincuentes golpean sin piedad al ruletero, dándole con la pistola en la cabeza, en medio de la vía de comunicación. La mujer miembro de la banda observa lo que sucede.
Los delincuentes empiezan a disparar contra la humanidad de Nelson Aníbal López, quien, además de luchar contra ellos, intenta zafarse el cinturón de seguridad. El taxista logró quitarle la pistola a uno de los delincuentes y disparó contra ellos, resultando herida la mujer.
Uno de los delincuentes carga en sus brazos a la mujer que resultó con una herida de bala, y posteriormente la traslada al Hospital Escuela, donde estuvo ingresada. El taxista queda gravemente herido y tendido sobre la vía.
Uno de los asesinos se acercó al taxista cuando estaba mortalmente herido, le quitó la pistola y con ella le disparó en la cabeza, lo que le provocó la muerte de forma inmediata.