FALTA DE TOLERANCIA
SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- Un cabecilla de la pandilla 18, considerado de alto grado de peligrosidad, fue capturado la noche del martes por miembros de la Dirección Policial Nacional Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (DIPAMPCO), tras una tensa negociación para que liberara a dos rehenes.
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La captura se registró en la colonia San Antonio, Chamelecón, Cortés, luego de que el sujeto fuera ubicado durante una saturación que realizaban las autoridades en el marco de la lucha antiextorsión.
El cabecilla fue identificado como Alex Wilfredo Santos Ortiz, de 34 años de edad, conocido en el mundo del crimen con el alias “El Wiken/Malvado”, originario de San Pedro Sula.
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Hombre toma rehenes y rehusa entregarse
Tras ser detectado por los policías, el sospechoso enfrentó a disparos a los uniformados y evadió por algunos minutos a la autoridad logrando saltar un muro e ingresando a una vivienda por la fuerza, tomando como rehenes a una mujer y un menor que se encontraban en el interior. El sujeto se encerró en una habitación, usando los rehenes, lo que hizo que la situación se volviera tensa.
De acuerdo a declaraciones de la Policía, al lugar se presentó la pareja del sospechoso con su hija en brazos para convencerlo de entregarse y dejar libre a las dos personas, sin embargo, el sospechoso rehusaba entregarse a las autoridades por temor a morir abatido y exigió que al lugar se presentaran las cámaras del canal HCH, pues presuntamente temía que durante la aprehensión le dispararan.
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Fue así que en efecto, el corresponsal del canal, Orlin Castro, llegó a la escena y convenció al sospechoso de entregarse a la Policía asegurándole que su vida no corría peligro. En las imágenes compartidas por el mismo canal se escucha al hombre gritar que ahí afuera alguien le va a disparar.
“Salí con la manos arribas, soy Orlin; salí tranquilo aquí estoy yo y tu esposa y tu niña, nadie te va hacer nada; tirá el arma”, se escucha repetir en varias ocasiones al comunicador que junto al comisario Carlos Rojas, Jefe de Policía de Chamelecón, le garantizaban que el arresto sería sin disparos.
Y es que al parecer el sospechoso aseguraba que entre los uniformados, muchos de ellos portando pasamontañas, había alguien infiltrado de la MS-13 que pretendía dispararle. Tras varios minutos de tensión el hombre decidió bajar el arma y entregarse.
Peligroso cabecilla
Los agentes que participaron en la saturación y detención, detallaron que alias “El Wiken o Malvado”, es miembro activo de la pandilla 18 desde hace 18 años. Actualmente tiene rango de Homie, (cabecilla), y es considerado de alta peligrosidad.
Esta persona era encargada de girar instrucciones a otros integrantes del grupo delictivo en la zona norte del país. Encargado del programa de extorsión, tráfico de armas, tráfico de drogas y asesinatos.
Adicionalmente, contaba con antecedentes penales, siendo arrestado en varias ocasiones, por el delito de robo el 25 de noviembre del 2011, detenido 22 de noviembre del 2013 por la Policía Nacional en la colonia La Unión, San Pedro Sula, Cortés.
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Por suponerlo responsable del delito de portación ilegal de armas y asociación ilícita, detenido por la FNAMP el 3 de marzo del 2020 en la colonia Suyapa, San Pedro Sula. Además por suponerlo responsable de portación ilegal de armas de fuego de uso prohibido y asociaciónilícitaa.
Al momento de ser requerido se logró decomisarle un arma fuego tipo fusil AR15 con su respectivo cargador y 30 cartuchos, un arma de fuego tipo pistola con su respectivo cargador y 8 cartuchos, un cargador para pistola conteniendo en su interior 12 cartuchos y un teléfono celular.
Agresión a periodista
Cabe señalar que tras la negociación y que el sujeto se entregara, un uniformado agredió al camarógrafo y al periodista que captaron toda la acción. Además les destruyeron la cámara que portaban y que posteriormente no les fue regresada.
Ante el incidente el comisario Carlos Rojas, Jefe de Policía de Chamelecón, que estuvo presente durante la negociación, lamentó la agresión sufrida por los comunicadores y aseguró que nadie tenía porque agredir al medio puesto que la misma Policía los llamó para mediar y lograr que el sospechoso se entregara y los rehenes resultaran ilesos.
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Sobre la desaparición de la cámara, aseguró que investigan si en efecto habían infiltrados entre los uniformados que llegaron de apoyo. “Estamos haciendo un análisis, unidad por unidad de las que vinieron a brindar apoyo”, apuntó.
