Tegucigalpa, Honduras.- Sujetos que se hicieron pasar por clientes llamaron a un arquitecto para supuestamente contratar sus servicios en Santa Lucía (Francisco Morazán), pero al llegar al punto de encuentro se le notificó que era víctima de un secuestro virtual, y que para ser liberado debía pagar la suma de 50,000 lempiras.
El hecho se reportó el pasado 23 de octubre. Saúl Moisés Mairena Sandres, licenciado en Arquitectura de 23 años, se dirigió con su carro hacia la aldea Cantagallo tras haber entablado una negociación con personas que habían expresado su interés por sus servicios.
Al llegar a la zona boscosa donde se suponía que vería a sus clientes, recibió una llamada telefónica. La voz detrás del teléfono le dijo al arquitecto que se encontraba en un sector dominado por integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación, una de las estructuras criminales transnacionales originaria de México.
En la llamada, amenazaron a Mairena Sandres con que sería asesinado a disparos si se atrevía a hacer cualquier movimiento en falso.
Saúl Mairena fue rescatado por agentes de la Unidad Nacional Antisecuestros (UNAS), constatando que el joven se encontraba sin ningún tipo de lesión. De inmediato, lo trasladaron a un lugar seguro.
Al igual que en casos anteriores de secuestros virtuales, no se encontró a ningún sujeto armado o sospechoso de ser partícipe del crimen. Este tipo de secuestros se han venido dando en los últimos meses.
Este hecho ocurrió tan solo siete días después de que en el municipio de Villa de San Francisco tres empleados de una empresa constructora fueran víctimas de un secuestro virtual.
Los criminales amenazaban a sus familiares y patrón con asesinar a los tres hombres si no efectuaban el pago de 300,000 lempiras. Afortunadamente fueron rescatados.
Colombianos estarían detrás de secuestros virtuales
Las líneas de investigación de la UNAS apuntan que personas originarias de Colombia estarían detrás de estos secuestros, ya que en este país se popularizaron años atrás. Además, han detectado que las personas de las llamadas amenazantes tienen un acento muy marcado de este país sudamericano.
Se le llama secuestro virtual debido a que el criminal gira instrucciones a distancia desde un dispositivo móvil. Le hace creer a sus víctimas que realmente están asediados por individuos listos para dispararles, causando así pánico y temor.
Los secuestradores virtuales suelen hacerse pasar por falsos clientes, teniendo por objetivo no solo a empresas que prestan servicios, sino también emprendedores o profesionales que ofrecen trabajar de forma autónoma.
Ante esta situación, las autoridades exhortan a las empresas y trabajadores autónomos a que tomen más precauciones y hasta poner en duda cuando se les presenta una oferta exageradamente buena.
Se les recomienda solicitarle al cliente su documento de identificación, implementar rastreadores GPS para compartir su ubicación en tiempo real cuando se dirijan donde el cliente.
De igual forma, se les sugiere contactarse con los clientes antes de llegar al punto de encuentro con el fin de pedirles que ellos se aproximen previo a ingresar el lugar. Si el cliente pone muchas excusas, puede ser señal de que podría tratarse de un secuestro virtual.
Si el panorama es así, los trabajadores deben alertar a su patrono y familiares para que estos de inmediato avisen a la UNAS a través del teléfono 9462-8612, el cual atiende a la ciudadanía a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto o mensajes por medio de WhatsApp.
