Del placer al peligro

En “Cornamenta”, Horacio Castellanos Moya despliega una narración vibrante y mordaz donde la pasión y la prudencia se enfrentan

  • Actualizado: 11 de noviembre de 2025 a las 12:04
Del placer al peligro

Tegucigalpa, Honduras.- Es un estado infeliz de cosas, donde el peligro se esconde bajo el placer. Samuel Johnson

Su alquimia secreta vuelve oro potable las aguas venenosas que fluyen de la muerte a través de la vida. Shelley

Horacio Castellanos Moya ha publicado recientemente la novela “Cornamenta” que es una vuelta al universo de la familia Mira Brossa, protagonista de la novela “Desmoronamiento”, publicada en el 2006. Esta vez el personaje protagónico es Clemente Aragón, padre de Erasmo, y esposo de Esther, quienes en aquella novela eran Eri y Teti, respectivamente. No importa el cambio de nombre: ya se sabe que el parentesco es una de las tiranías más primitivas.

Horacio Castellanos Moya, un escritor infatigable

En “Cornamenta” la expresión narrativa es del todo fluida, pues el cepillo de la prosa de Castellanos Moya delinea con maestría los bordes de su poder imaginativo, marcado, como no podía ser de otra manera, por las imágenes perdurables de su experiencia familiar.

El narrador entiende cada vez mejor los enigmas y secretos a que se vio expuesto durante su infancia y adolescencia, y su empeño creativo se expande en una interpretación recurrente.

Esta vez el lector asiste a los enredos lúbricos de Clemente (o Clemen, como se le llama con familiaridad), y asiste al choque entre la pasión y la prudencia, asediado por la tentación sensual, que le ronda a toda hora. Se trata de “historias de la vida real” que se afincan (y se afinan) en la imaginación del narrador.

Presidido por su papel de dirigente de la organización Alcohólicos Anónimos y fanático de la lucha libre, Clemente es testigo de cuán a menudo la jovialidad báquica deviene en tragedia.

Lo notable de “Cornamenta” es la capacidad del autor de infundirle vida al lenguaje. En esta novela las palabras están engarzadas con sabiduría y adquieren sentido gracias a la habilidad con que se articulan y combinan, a ese ordenamiento verbal acertado de hechos reales o imaginarios.

Si bien Walt Whitman quería que el lenguaje fuera el mellizo de la realidad, todo depende de las imágenes que se pueden crear mediante la alquimia del vocabulario. Aquí se asiste a la gracia idiomática y a la inventiva, propias del genio literario.

Horacio Castellanos Moya domina el “arte de contar” y sabe poner a prueba las capacidades de la ficción narrativa. Mejor dicho, es capaz de darle al relato una forma lingüística rica y palpable, y su imaginario verbal se nutre de esos términos recalcitrantes que son los localismos.

Digámoslo una vez más: “Cornamenta” posee una astuta riqueza de lenguaje y confirma que la ficción puede captar lo que resulta opaco o imperceptible en la vida cotidiana. La virtuosidad técnica no es un fin en sí mismo, sino que se erige en un mecanismo singular para aguzar la percepción del entorno que nos rodea.

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Hernán Antonio Bermúdez
Hernán Antonio Bermúdez
Escritor y crítico literario

Perteneció a los grupos de vanguardia cultural Vidanueva y Tauanka. Fue uno de los fundadores de la Editorial Guaymuras. Ha publicado los libros “Retahíla”, “Cinco poetas hondureños”, “Afinidades” y “Resquicios”.

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