Territorio del sueño y de la vigilia

Roberto Castillo en “La ciudad del más largo de todos los sueños” transforma a Tegucigalpa en un escenario onírico donde la realidad se funde con lo fantástico

  • 28 de abril de 2025 a las 00:00
Territorio del sueño y de la vigilia

Tegucigalpa, Honduras.- “aunque no se sabe si en el sueño o en la vigilia” (p. 54)

"las lenguas inquietas que habitan esta ciudad maravillosa” (p. 71)

La editorial Mimalapalabra recién ha publicado “La ciudad del más largo de todos los sueños”, la última de las tres novelas póstumas de Roberto Castillo que ha dado a conocer desde 2021.

La ciudad no es otra que Tegucigalpa y en esta obra densa se constata que en los sueños las emociones no son objeto de censura alguna y emergen sin recato.

El prodigio de la fantasía

En efecto, la maquinaria del libro se centra en el relato de los sueños del narrador y la expresión verbal de los mismos se nutre de las ficciones creativas de la imaginación.

Aquí la dicción y el estilo son siempre vívidos y personales. Y el protagonista, trasunto del autor, resulta ser excéntrico, quisquilloso y a menudo neurótico, enemigo jurado de la malicia de los tontos.

No en balde las circunstancias de la vida moldean el carácter y este moldea el intelecto. En los sueños que describe suele ser al mismo tiempo actor y testigo de una situación determinada. Su sensibilidad, como diría Henry James, constituye la atmósfera misma de su mente “en el proceso de sueños literaturizables” (p. 364).

Los rasgos biográficos, las obsesiones y el carácter del personaje principal son los materiales con que se crea el mundo imaginativo de la novela. La madurez alcanzada proviene del desencanto y de la desilusión que afilan la habilidad de ver su vida con desapego y lucidez.

Como se sabe, en los sueños la conexión con el mundo cotidiano se resquebraja y nuestro acercamiento a la realidad externa se distorsiona de manera drástica. Pese a ello, Roberto Castillo descubre en “La ciudad del más largo de todos los sueños” una perspectiva de unidad formal, sin importar que el tiempo sea una serie de episodios fragmentados y el espacio, lejos de ser un continuum, sea una sucesión de lugares singulares a los que el narrador se desplaza sin dificultad alguna.

Así, los sueños, a mitad de camino entre lo real y lo imaginario, son convocados e instigados por el autor conjurador, un mago verbal dedicado al arte de las palabras, al margen de las convenciones literarias. Y por añadidura, al lector le es dado recorrer Tegucigalpa y reconocer esos “tramos de la ciudad vieja en los que resplandece el recuerdo de antiguos sueños” (p. 397).

La creatividad del arte narrativo de Roberto Castillo alcanza aquí, sin duda, un despliegue digno de admiración.

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Hernán Antonio Bermúdez
Hernán Antonio Bermúdez
Escritor y crítico literario

Perteneció a los grupos de vanguardia cultural Vidanueva y Tauanka. Fue uno de los fundadores de la Editorial Guaymuras. Ha publicado los libros “Retahíla”, “Cinco poetas hondureños”, “Afinidades” y “Resquicios”.

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