Honduras

Psicóloga Patricia Mackay: Vivimos crisis, pero estamos vivos

Se convive con el temor del contagio, de llevar la peste a las familias, los recursos económicos desaparecieron

21.07.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Las últimas dos semanas han sido tiempo de desesperación y de dolor para muchos. Han sufrido pérdidas de todo tipo; familiares y amigos han partido a la presencia del Padre Celestial, han perdido sus negocios, colaboradores valiosos.

Se convive con el temor del contagio, de llevar la peste a las familias, los recursos económicos desaparecieron.

El panorama es un conjunto de variables y factores que angustian, que entristecen. El encierro y el aislamiento nos dan sendas vapuleadas por la carencia afectiva, por la soledad y la falta de oxitocina. Los niños no son excepción a estas vivencias.

Los trastornos de personalidad en descompensación, los trastornos de ansiedad y secundarios a trauma protagonizan fuertes y frecuentes episodios. Se piensan las peores sentencias y conclusiones.

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Nuestros pensamientos guían a los sentimientos que desencadenan nuestras conductas. Podemos caer en trampas cognitivas. Una de las peores ideas que corretean en detrimento es apartarse de la vida, intentar o consumar un acto suicida.

Trampa fatal es pensar que si te matas, todos los problemas desaparecen, que todo termina. Pensamiento falsedad de falsedades.

Si te matas, los problemas y carga económica que sufrirá tu familia será enorme.

Si te matas sumirás en profunda tristeza a tu familia. Les darás un duelo y sufrimiento inmerecidos.

Si te matas no podrás ayudar en nada, ni en lo simple o en lo complejo, no estarás. Tampoco podrás recibir y dar amor, tampoco pensar en soluciones.

La trampa mortal de que una salida permanente para problemas situacionales no es tu respuesta, es trampa, falsedad, depresión.

Vivimos tiempos de pandemia, vivir se convirtió mucho más que un hecho natural, el máximo obsequio, tesoro preciado. Cuida tu vida, mira que da presente y futuro.

El mundo que gira y gira desde su creación vivió mucho, de todo, y aquí estamos.

Piensa, sí, piensa pero para valorar la libertad de movimiento, el beso que das a tus hijos al despedirlos para la escuela; recuerda los largos abrazos a tu madre, las charlas con tu padre, el cafecito con los amigos, los aleros, con quienes alimentas reciprocos afecto y simpatías.

Valora ir al mercado los sábados, cuando percibes el olor del mango que acercas a tu cara, el color de trópico, y la textura pespirense.

Volveremos a salir de paseo, a misa los domingos y daremos con intenso calor la paz a los hermanos.

Lo que ahora vivimos pasará, la historia nos enseña que similares y peores eventos hemos vivido, y aquí estamos.

No desesperes, por lo que no puedes controlar (para poner un ejemplo, la vacuna a disposición), concentra tu energía, tu pensamiento en lo que si puedes controlar, tu amor, tus ansias de superación, tu cuidado y el de tu familia.

Para solucionar, para producir, para amar, para comenzar de nuevo sin vida no se puede, que no te parezca poca cosa vivir, porque con vida todo se puede, todo.

Te comprendo, soy humana como tú, pienso, siento y reacciono en variedad de conductas. Porque te comprendo puedo ayudarte, mis colegas psicólogos pueden ayudarte. No tengas pena de llamar a las propuestas de ayuda gratuita que a lo largo del país, de gremio y la institucionalidad están a tu disposición.

Tu vida es preciosa, tesoro único, es tiempo, recurso, potencial y posibilidad. No caigas en la trampa, alimenta tu esperanza, tu fe, siéntate a pensar en el futuro después de que todo esto pase, porque te aseguro que pasará.

Si pierdes familia, amigos, colegas, sufre, llora, desahogarte, extraña, pero no abandones la idea que en tiempo de muerte tu tienes el privilegio de la vida.

Estás vivo, vivo, muy vivo, porque estás sintiendo y solo los vivos sienten.

Los humanos así somos, cambiantes y bajo el influjo de las circunstancias; hoy te sientes fatal, ¿y mañana? No en 24 horas, mañana te ganas la lotería porque respiras, porque tienes futuro, porque se van las arenas del Sahara y el azul del cielo será más claro, limpio, por la belleza que entra por tus ojos.

Cualquiera conclusión que te invite a la muerte es tramposa. Solo hay un pensamiento que es respuesta correcta: la vida.

Vivamos, la vida es inicio y propósito, la máxima posibilidad para que todo, principalmente lo bueno suceda.

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Respira, platica por teléfono, busca a los amigos por las redes y aplicaciones. Reza en solo y en compañía, en presencia y virtual. Saca todo, no te lo guardes, cuenta, expresa. Estamos vivos, podemos hablar.

Estamos vivos y podemos respirar.

Estamos vivos y podemos amar.

Estamos vivos y está pandemia será historia de supervivencia humana. Porque nosotros homo sapiens somos la especie de la adaptabilidad sobre la tierra.

Estamos en tiempo de pensar lo que en agitación laboriosa de otros días la noche nos arrebata. Planifica, escribe, investiga, dedícate al diseño de un mañana que más adelante cuando la pandemia pase, podría ser el cambio a favor para tu vida y la de los tuyos.

La vida es la mejor decisión en todo tiempo, aún en crisis e impredecibles eventos.

Estamos vivos...