Por SOPAN DEB/ The New York Times
Durante una década, el pianista clásico Hunter Noack ha emprendido un viaje inusual: transporta un piano de cola Steinway de 1912 y 500 kilos a lugares al aire libre donde no se suelen celebrar conciertos.
Imagine a un hombre sentado al piano junto a un lago. También podría estar en la cima de una montaña o en un bosque.
Este verano, Noack, de 36 años, realiza una gira por el décimo aniversario de su proyecto “En un Paisaje”, que lo ha llevado a California, Oregon e Idaho.
“Me emociona la idea de llevar un piano a donde ningún piano ha llegado antes”, dijo Noack.
Inspirado por el conservacionista John Muir, Noack inició el proyecto como una forma de acercarse a la naturaleza y llevar la música clásica a zonas rurales donde normalmente no es accesible. La idea, dijo, es eliminar las barreras que limitan la música clásica a salas de conciertos como el Carnegie Hall de Nueva York.
“Lo que John Muir intentaba articular es que no sólo necesitamos la naturaleza para recrearnos”, dijo Noack. “Necesitamos que la naturaleza sea humana y ser más compasivos y más empáticos. Y esa es la medicina que necesitaba: estar al aire libre”.
Los orígenes del proyecto se remontan al 2015. Noack, originario de Sunriver, Oregon, se acababa de mudar a Portland un par de años después de graduarse de la Escuela de Música Guildhall de Londres. Solicitó un pequeño subsidio de un consejo regional de arte y cultura de Portland para intentar un experimento.
Noack llevaba mucho tiempo fascinado por el teatro inmersivo. Como estudiante en la Universidad del Sur de California, comentó haber estado “encantado” con compañeros de clase que producían sus propios espectáculos de forma independiente, incluyendo obras de Antón Chéjov montadas en bodegas abandonadas y una pieza de Sam Shepard representada en un hotel deteriorado en el centro de Los Ángeles. “Quería más de esto en mi vida”, dijo, añadiendo que los espectáculos le parecían “arrojados, divertidos y atrevidos”.
Un grupo itinerante de seis personas ayuda a Noack a llevar su piano a los diversos lugares remotos. El piano viaja en un remolque de plataforma de 5 metros diseñado a la medida. Posteriormente, el remolque se convierte en el escenario.
Noack rentó un piano el primer año, pero cuando dijo que quería llevarlo a una montaña y un desierto, el comerciante no quiso asumir la responsabilidad del seguro. En el 2017, un filántropo donó el piano que usa hoy.
No pretendía que “En un Paisaje” fuera un trabajo de tiempo completo, pero la respuesta del público fue tan grande que continuó. La gira original tenía nueve fechas, pero desde entonces se ha ampliado a más de 50 fechas al año, en una zona más amplia.
La mayoría de los escenarios son en parques nacionales de EU, pero Noack comentó que los conciertos más significativos han sido en lugares íntimos como ranchos y granjas.
“Realmente se trata de la gente que está allí y la relación que tienen con ese espacio”, dijo.
Los espectáculos de Noack incluso parecen haber atraído a la fauna. Recordó que, en una función de dos noches cerca de la costa de Oregon, el piano estaba ubicado cerca de un acantilado. Una ballena nadó hasta allí para ambas funciones y permaneció hasta el final. “Me gusta pensar que la ballena estaba disfrutando del espectáculo”, dijo Noack.
También han aparecido otros animales, como caballos, aves y venados.
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