'Durante su juicio -y aún hoy- Neftaly sostiene que es inocente', asegura su hermana Oneyda Hendricks en entrevista con EL HERALDO. 'Fue él quien un día antes del tiroteo advirtió a su superior encargado que sus compañeros de barraca tramaban algo peligroso'.
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Desde la cárcel, el hondureño recuerda lo que pasó el 23 de septiembre de 2010. Estaban en Campo Ramadi, en el Oeste de Irak, con la Tercera División de Infantería del Ejército.
El cuerpo de marines cumple un papel vital en la seguridad nacional como una fuerza anfibia, expedicionaria, y como fuerza combinada aire-tierra capaz de entrar desde el aire, tierra y mar. En esa rama servía el compatriota.
Al momento del tiroteo él asegura que no estaba en la habitación a la que había sido asignado junto a tres compañeros, pues en ese momento regresaba de la sala de computación en donde acababa de sostener una plática vía internet con su novia y con su hermana.
Cuando caminaba hacía la habitación - a cambiarse de calzado y ponerse tenis pues iría luego al gimnasio- fue cuando escuchó varios disparos.
Su primera reacción fue acudir a la barraca, puesto que ahí había dejado -sobre la cama- su rifle e indumentaria militar. Al acercarse miró hacia dentro del cuarto y notó que era ahí donde habían ocurrido los disparos.
La terrible escena
En la habitación yacían sus tres compañeros heridos de bala, dos de ellos a un lado ya casi inmóviles o en agonía y un tercero jadeando en el otro extremo del dormitorio. Ante la violenta escena, el hondureño -dado su entrenamiento- decidió no tocar a los hombres y esperar a que llegara la ayuda, pues los disparos ya habían alertado al resto de militares que se hallaban en la base.VEA: Un confuso tiroteo y la prisa por hallar un culpable: El drama de Neftalí Platero, hondureño condenado en EEUU
La ayuda no tardó en llegar, pero ya era tarde, los dos hombres habían muerto y Neftaly fue inmediatamente tomado bajo custodia, pues era el único de los militares que estaba cerca de la escena y sin heridas.
Desde ese momento todo fue muy rápido, esa misma tarde el hondureño fue sometido a varias pruebas para determinar si habían en él rastros de haber participado en el crimen, entre esas pruebas el de la parafina.
Este exámen es usado por balística forense para investigar residuos de disparos en la piel o en las prendas de vestir del sospechoso. En el caso de Neftaly a él solo le hallaron una única partícula, asegura su familia.
Existen pruebas que no fueron consideradas
La familia del hondureño revela a EL HERALDO que durante la investigación Neftaly relató a los oficiales que él había alertado a su encargado sobre el plan que sus compañeros tenían para fingir un evento en el que resultarían héroes, para luego conseguir beneficios. Sin embargo, no le hicieron ningún caso a su denuncia. Incluso en el juicio no fue considerado este punto y el superior encargado nunca fue citado a declarar.Adicionalmente, el hondureño asegura que tenía en su celular imágenes que había logrado captar de uno de sus compañeros. En esas fotos figuraban armas y tatuajes de gangas de Estados Unidos, ya que al parecer sus compañeros tenían algún tipo de nexos con este tipo de delincuencia.
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Por su puesto, su celular tampoco fue tomado en cuenta en el juicio como elemento de prueba, su familia incluso denuncia que el dispositivo móvil desapareció en el momento en que él fue puesto en custodia.
A criterio de la familia de Neftaly, en el juicio del compatriota imperó la urgencia por hallar un culpable y no por investigar qué fue lo que realmente pasó en esa barraca.
