Tegucigalpa, Honduras.- El consumo de alcohol, tabaco y otras drogas se ha vuelto cada vez más común entre los adolescentes hondureños, según revela un estudio que muestra cifras alarmantes sobre el consumo de esas sustancias psicoactivas en estudiantes del sistema educativo público hondureño.
La investigación denominada “Cero Sustancias, 1000 Oportunidades”, desarrollada en el primer semestre de 2025, muestra que uno de cada cuatro estudiante ya consume alcohol o vapeo, y muchos inician desde los 10 años.
Esa cifra pone en evidencia una preocupante disponibilidad y tendencia al alza del consumo de sustancias desde edades tempranas, así como la carencia de estrategias de prevención eficaces, señala el reporte.
El estudio interinstitucional elaborado por la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec), las secretarías de Educación y Salud, con apoyo de Visión Mundial Honduras y la Fundación De Waal, encuestó de forma anónima a 6,121 estudiantes de 38 centros educativos en 10 departamentos del país.
Entre los hallazgos resaltan que el 26.3% de los alumnos respondió que consume alcohol, mientras que el 22.5% usa cigarrillos electrónicos y el 18% dijo haber fumado tabaco.
Respecto al uso de drogas ilícitas como la marihuana y la cocaína, el 8.6% y 4.6% respectivamente respondió haberlas consumido.
“Entre quienes habían iniciado el consumo, más del 60% continuaban consumiendo en los últimos tres meses, y entre los consumidores una proporción importante presentó dos o más indicadores de dependencia”, apunta el informe presentado hace algunos días.
“El estudio arroja una luz sobre lo que es el consumo de sustancias en el sector público”, dijo Alex Sierra, epidemiólogo y catedrático de Unitec, quien participó en el estudio.
El académico indicó que es una cifra bastante alarmante, porque por un lado pone en evidencia que hay patrones de consumo de todas esas sustancias en las escuelas públicas del país.
“En segundo lugar muestra que el inicio del consumo es bien temprano, comienza prácticamente desde los 10 años; más del 90% iniciaron consumo de drogas entre los 10 y 16 años”, expresó.
Lo dicho por Sierra se suma a lo revelado por un estudio que realizó el Observatorio de la Educación de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), que señala que hay presencia de maras y pandillas en alrededor del 40% de los centros educativos del país.
Factores de riesgo
El informe indica que diversos factores pueden propiciar el inicio y mantenimiento del consumo de sustancias adictivas en adolescentes, entre ellos la falta de conocimiento sobre el uso de esas sustancias, el entorno familiar y el ámbito social.
Los dos últimos factores resultaron determinantes, es decir, convivir con familiares que consumen alcohol o tabaco multiplica por cinco el riesgo de iniciarse en estas prácticas, mientras que tener amistades consumidoras eleva hasta 14 veces la probabilidad de probar drogas ilegales como marihuana o cocaína.
“Se les preguntó a los alumnos si en el núcleo familiar donde viven alguien consume alcohol, tabaco o drogas; entonces el 36% de las familias ingieren bebidas alcohólicas; casi un 26% de las familias donde viven estos muchachos consumen tabaco y lo preocupante es que casi en el 10% de las familias algún miembro consume droga, es decir una de cada 10”, detalló Sierra.
En el círculo de amigos de los alumnos, el consumo de tabaco y alcohol es del 25%, es decir, uno de cada cuatro, mientras que el consumo de droga es cerca del 15%.
Estrategias
Los investigadores concluyen que este fenómeno constituye un problema de salud pública que va en ascenso, y que la escuela es un espacio clave para la prevención, por lo que las autoridades tienen el reto urgente de implementar estrategias de prevención integral que incluyan varios sectores.
“En eso estamos y por eso es un esfuerzo de varias instituciones, porque el abordaje es múltiple, porque aún hay brechas de desconocimiento en los jóvenes sobre el daño que producen estas sustancias”, señalan los expertos.
El estudio refiere que la percepción del daño varía según el tipo de sustancia. Aunque drogas como la cocaína y el tabaco son reconocidas ampliamente como dañinas, otras sustancias como cigarros electrónicos, anfetaminas o sedantes no generan la misma percepción de riesgo, lo que puede fomentar su uso.
“La Secretaría de Educación debe implementar de forma urgente estrategias para dotar de recursos a los docentes y capacitar a los alumnos, padres y madres de familia sobre esto”, recomendó Sierra.
Además, señaló la importancia de garantizar por medio de la Policía Nacional la seguridad de la comunidad educativa, pue en muchos de los casos los centros de venta y distribución de droga están alrededor o dentro de los centros educativos.
Así mismo, se debe regular el uso de bebidas alcohólicas y cigarrillos en sitios que están cerca de las escuelas y colegios, recomiendan los investigadores.
El estudio también recomienda el desarrollo de un plan de socialización del informe en la población meta, a fin de empoderar a las autoridades de educación, salud, instancias comunitarias y otras organizaciones vinculantes al tema, como el Instituto Hondureño para la Prevención del Alcoholismo, Drogadicción y Farmacodependencia (Ihadfa) y el Sistema Integral de Garantía de Derechos de la Niñez y Adolescencia en Honduras (Sigadenah) , que permita abordajes de prevención y de atención a los adolescentes.
A finales de este mes, las autoridades educativas conocerán a fondo la investigación con el objetivo de desarrollar estrategias para reducir y erradicar el uso y consumo de drogas.