Tegucigalpa, Honduras.- El ministro de Educación, Daniel Esponda, criticó la alimentación que los padres de familia dan a sus hijos en edad escolar.
El funcionario indicó que los padres deben reflexionar sobre lo que les compran a sus hijos, ya que al acostumbrarlos a comer alimentos azucarados y procesados le están haciendo un daño terrible.
Agregó que ""se han disparado los indicadores de niños con déficit atencional o hiperactividad y muchísimas veces no obedece a que tengan un trastorno, obedece a que están tomando alimentos, que tienen estimulantes que los hace tener esos niveles de energía que no son normales”.
Comentó que en centros educativos de las áreas rurales comenzaron una iniciativa para no vender en las casetas de las escuelas frituras y refrescos carbonatados.
"En esas escuelas desde el 2022 lo que se ofrece en las cafeterías es comida preparada por las madres y los padres de familia”, dijo.
Aunque Esponda llamó a los padres a dar una buena alimentación a los menores, la realidad es que la pobreza y la falta de educación nutricional con la que viven muchas familias hondureñas hace que los niños no tengan una adecuada alimentación.
Niños van a la escuela sin comer
Un estudio del Observatorio en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OBSAN-UNAH) indica que el 4.09% de los menores casi nunca consumen desayuno antes de ir a la escuela.
Esta situación además que repercute drásticamente en su nutrición, afecta negativamente en su concentración y niveles de energía durante el aprendizaje académico, señalan expertos.
El estudio del OBSAN-UNAH señala que de los 15,897 niños evaluados entre los 6 y 12 años; más de 900 tienen baja talla (5.85%); mientras que 1.51% (240) resultaron con baja talla severa, lo que se asocia a retrasos potencialmente ligados a carencias nutricionales o enfermedades crónicas.
Factores como la pobreza están influyendo para tener esos datos, pues la precariedad económica impide que muchas familias adquieran una dieta balanceada.
De acuerdo al informe "El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2024” cerca del 39% de la población hondureña no puede costear una alimentación saludable.
La falta de dinero para acceder a comida nutritiva hace que muchos niños lleguen a los centros educativos sin haber comido.
Los últimos datos de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) indican que el 15% de los alumnos del sistema público casi siempre van a clases sin haber comido en su casa.