Tegucigalpa, Honduras.- Luego que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) notificara sobre el aumento de casos de chikungunya en la región de las Américas, las autoridades sanitarias hondureñas están bajo alerta por la posible circulación del virus.
A través de un aviso epidemiológico emitido este viernes por la Unidad de Vigilancia de la Secretaría de Salud (Sesal), se confirmó que Honduras registra a la fecha siete personas sospechosas de esta enfermedad que es causada por el zancudo transmisor del dengue.
En ese sentido, Salud advirtió que el chikungunya puede ocasionar fiebre repentina, dolor en las articulaciones y síntomas que van desde leves hasta incapacitantes por semanas o meses.
Debido a que "la enfermedad puede ocasionar una amplia gama de manifestaciones clínicas se debe sospechar de toda persona que vive o ha viajado en las últimas dos semanas a zonas con transmisión de chikungunya. Y que presenta fiebre de inicio súbito, con una duración no mayor de siete días asociada a artritis que no se explica por otras condiciones médicas", señala el aviso.
Actualmente la OPS registró casos sospechosos y confirmados de esta enfermedad en 14 países del continente: Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Paraguay y Perú.
En esas naciones se notificaron un total de 212,029 casos sospechosos de chikungunya, con 124,942 casos probables y confirmados.
Hasta ahora en Honduras se contabilizan siete casos sospechosos, de los cuales cinco son del departamento de Cortés, uno de Santa Bárbara y otro de El Paraíso.
Por lo tanto, las autoridades sanitarias instan a reforzar la vigilancia epidemiológica a nivel nacional mediante la notificación de los casos sospechosos en el Sistema Nacional de Vigilancia.
Al personal de salud el aviso recomienda fortalecer las redes de atención para el diagnóstico, manejo y seguimiento de pacientes con sospecha de chikungunya.
Así mismo insta a la organización del triaje clínico en los diferentes niveles de atención para mejorar el flujo de pacientes, el seguimiento, la hospitalización y el sistema de referencia y contrarreferencia.
Mientras que a la población hondureña, las autoridades sanitarias aconsejan mantener limpios y tapado los recipientes que contengan agua, sean de uso permanente o provisional, como pilas, barriles, tanque de agua, baldes, entre otros, con el objetivo de reducir los criaderos del vector.
En caso de presentar los primeros síntomas que caracteriza a esta enfermedad se recomienda acudir al establecimiento de salud más cercano para una atención oportuna y así evitar complicaciones.
Las mujeres embarazadas, menores de un año, adultos mayores y personas con comorbilidades son quienes tienen mayor riesgo de presentar manifestaciones graves o complicaciones por esta enfermedad.
El 2015 fue cuando se reportó el brote más alto de esta enfermedad en país; en ese entonces la Sesal registró más de 120,000 casos, desde ese entonces una gran parte de la población hondureña obtuvo anticuerpos de la enfermedad.
Sin embargo, expertos advierten que los menores de 10 de años son los que tienen mayores riesgos de adquirir la enfermedad, por que no tienen los anticuerpos.