Tegucigalpa, Honduras.- La delincuencia y la inseguridad, provocada por grupos delictivos, esta llegando cada vez a los jóvenes que estudian en los diferentes centros educativos del país.
De acuerdo a un reciente estudio del Observatorio de la Educación de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (Unpfm) la presencia de maras y pandillas en los alrededores de las escuelas y colegios del país es cada vez mayor.
El observatorio realizó una encuesta a más de 2,000 directores de los establecimientos escolares en los 18 departamentos del país; los datos indican que el 18%, es decir casi uno de cada cinco, planteó que en el entorno de sus centros educativos había con frecuencia delincuentes y pandilleros.
La situación es alarmante no solo en las afueras de los centros, también en el interior de los mismos, donde el 11% de los directores encuestados afirmó que hay presencia de pandilleros en los salones de clases.
La presencia de grupos criminales a inmediaciones y al interior de los centros conlleva también a la venta de drogas y otras sustancias ilícitas a los estudiantes.
Uno de cada ocho directores dijo que alrededor de los centros había venta de drogas, mientras que el 2% reconoció que hay venta en el interior de sus centros; ese porcentaje representa cerca de 500 centros educativos a nivel nacional.
Para Mario Alas, investigador del observatorio, los datos reflejan que hay serios problemas de violencia en el entorno y al interior de los centros.
Agregó que al estar los alumnos aprendiendo en ambientes de violencia, eso genera consecuencias graves para los distintos actores educativos, entre ellas acoso escolar.
"Toda esta problemática de violencia en el centro educativo tiene consecuencias graves entre ellas tres de las que se han señalado a nivel internacional, que son: la formación ciudadana, además afecta fuertemente el desempeño de los estudiantes y genera deserción", explicó el experto.
Para abordar la violencia alrededor y al interior de los centros, muchos colegios comenzaron a desarrollar acciones.
Tal es el caso del Instituto España Jesús Milla Selva, en la capital, donde las autoridades trabajan con las víctimas como con los agresores.
Según Anael Arita, director del Instituto, los esfuerzos incluyen procesos de formación en resiliencia para los estudiantes afectados y actividades de concientización dirigidas a los que ejercen el acoso, así como trabajo conjunto con los padres de familia.
El informe de la Upnfm indica que un entorno seguro en los establecimientos escolares es fundamental para el desarrollo académico y personal de los estudiantes,
En ese sentido llama a las autoridades educativas, familias y sociedad en general para abordar la problemática de manera integral.