Tegucigalpa, Honduras.- La conexión entre dos de los municipios más representativos de Francisco Morazán ya no será la misma.
Este lunes, la presidenta Xiomara Castro realizó la inauguración de la carretera pavimentada que enlaza Talanga con Cantarranas, una vía de concreto hidráulico que promete mejorar la movilidad, impulsar el comercio y dinamizar el turismo en la zona.
El proyecto, que demandó una inversión superior a los 229 millones de lempiras, comprende 18.5 kilómetros y se convierte en un eje estratégico para alrededor de 50 mil habitantes que a diario se movilizan entre estas comunidades y hacia otros departamentos.
Más allá de conectar Talanga con Cantarranas, la carretera representa un enlace vital entre Olancho y El Paraíso. También abre una nueva alternativa para quienes viajan desde el Distrito Central hacia el oriente del país, ya que la ruta permite un recorrido más ágil pasando por Valle de Ángeles.
Vecinos y transportistas coinciden en que la obra no solo les facilitará el acceso a servicios básicos y mercados, sino que también generará oportunidades de desarrollo.
Los agricultores, en particular, podrán llevar con mayor rapidez sus productos a los centros urbanos, reduciendo costos de traslado y aumentando la competitividad.
La presidenta Xiomara Castro encabezó la inauguración, acompañada de funcionarios de su gabinete y líderes locales.
Esta obra forma parte de una red de intervenciones viales que el gobierno impulsa en distintas regiones del país, con una inversión global de 14 mil millones de lempiras en carreteras primarias, secundarias y terciarias, explicó Octavio Pineda, ministro de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT).
Pineda subrayó que las carreteras pavimentadas bajo esta administración no han sido sometidas a sistemas de peaje, en contraste con gobiernos anteriores. “Es un beneficio directo para los usuarios y para la economía local”, apuntó.
En Cantarranas, conocido como el “pueblo de los murales”, el ambiente fue de fiesta. Para muchos habitantes, la carretera inaugurada simboliza no solo progreso, sino también mayor visibilidad para el turismo cultural que caracteriza al municipio.
El reto ahora será garantizar el mantenimiento de esta infraestructura y aprovechar al máximo su potencial para impulsar el desarrollo local y regional. Con esta vía, miles de hondureños comienzan a transitar un camino que promete transformar su día a día.