Tegucigalpa, Honduras.- Los casos sospechosos de dengue siguen afectando a la población hondureña, de acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Honduras hay 15,422 casos acumulados de esta enfermedad en este año.
Hasta mediados de noviembre la organización reportaba mediante datos brindados por la Secretaría de Salud (Sesal) un aumento de 270 nuevos casos para la semana epidemiológica 46 (del 9 al 15 de noviembre).
Eso significa una leve disminución respecto a la semana anterior donde se reportaron 292 personas enfermas por la picada del zancudo Aedes aegypti.
Del tota de casos sospechosos que se registran este año en el territorio, hay 370 que fueron confirmados mediante pruebas de laboratorio, el resto fueron diagnosticados como dengue de manera clínica, es decir, por los síntomas que presentaron los pacientes.
De los confirmados, hay 208 ciudadanos que tuvieron síntomas graves de la enfermedad, indican los datos, lamentablemente cinco de ellos murieron.
Los expertos indican que la reducción en los nuevos casos cada semana se debe a que las lluvias han mermado, además que la población esta acatando las medidas de prevención.
No obstante, llamaron a los hondureños a no bajar la guardia y seguir con la eliminación de criaderos de zancudo.
Los médicos proyectaron que este 2025 Honduras podría cerrar con cerca de 20,000 casos, mostrando una drástica reducción respecto al 2024 cuando se registró una epidemia de la enfermedad.
En ese entonces Honduras cerró el año con unos 177,000 casos sospechosos, de los cuales más de 10,000 fueron confirmados por laboratorio y de esos 2,250 fueron dengue grave.
Aumento de la enfermedad
Enfermedades infecciosas como la malaria, el dengue y la tuberculosis representan un desafío tan grande para la salud mundial, revela un importante estudio internacional dirigido por la Red de Salud Global del Departamento de Medicina Nuffield de Oxford.
La investigación, que recabó la opinión de 3,752 profesionales de la salud e investigadores de 151 países, es uno de los estudios globales más amplios de su tipo, con un 86,9% de participantes provenientes de países de ingresos bajos y medios.
Los participantes informaron que el cambio climático, la pobreza y la farmacorresistencia se combinan para crear una crisis sanitaria en aumento que, si no se aborda, podría convertirse en una catástrofe progresiva.
Los datos recopilados en países de África, Asia y Latinoamérica revelaron que expertos de todo el mundo consideran que las enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria y el dengue, son las amenazas de mayor crecimiento.
Los autores del estudio sostienen que este riesgo no se presentará como un brote dramático, sino como un desastre humanitario de lenta evolución en el que las enfermedades endémicas se propagan a nuevas zonas geográficas, impactando los sistemas de salud y las economías.