Tegucigalpa, Honduras.- Honduras lanzó la primera Maestría en Política Criminal de Centroamérica, un posgrado de la Universidad Nacional de Policía de Honduras (UNPH). El programa busca aportar soluciones científicas a los problemas de inseguridad, violencia y justicia.
El lanzamiento oficial incluyó el simposio “Hacia una Política Criminal Integral en Honduras”, organizado por la primera generación de estudiantes.
Al encuentro asistieron académicos, autoridades policiales, representantes del Poder Judicial, del Ministerio Público y de organizaciones de sociedad civil.
De acuerdo con la UNPH, el posgrado nace de la necesidad de superar la visión punitiva en el combate al crimen. “El delito no se combate únicamente castigando, sino con ciencia, estrategia y políticas reales que respondan a la complejidad del país”, señala el comunicado de presentación.
Durante el evento se expusieron investigaciones sobre trata de personas, narcotráfico, lavado de activos, extorsión en el transporte público, corrupción, seguridad ciudadana y derechos humanos. También se plantearon propuestas para fortalecer el sistema penitenciario.
Uno de los proyectos destacados fue la creación de un índice de rehabilitación en cárceles, con el fin de medir avances en la reinserción de privados de libertad y reducir los altos niveles de reincidencia.
“No se trata de centros de castigo, sino de rehabilitación. Si no atendemos este aspecto, los privados de libertad saldrán a reincidir”, afirmó el maestrando Noé Banegas, quien resaltó el orgullo de integrar la primera promoción en política criminal del país.
Banegas subrayó que la inseguridad es un fenómeno multicausal y requiere decisiones de Estado respaldadas por conocimiento científico.
“Nuestros políticos deben asesorarse con especialistas que estudian estos temas. Más que fuerza y armas, necesitamos usar el corazón y el cerebro para encontrar soluciones”, sostuvo.
Recordó que El Salvador aplicó una política integral y pasó de ser el país más violento del mundo a uno de los más seguros de la región. “Soñamos que en Honduras también se pueda lograr”, dijo.
Con esta maestría, Honduras no solo marca un precedente académico en la región, sino que también apuesta por incorporar la ciencia en la toma de decisiones en materia de seguridad y justicia.
La expectativa es que esta primera generación impulse nuevas políticas públicas y estrategias efectivas contra el crimen organizado, la violencia y la corrupción.