El nivel de confrontación en el Partido Nacional alcanzó ayer uno de sus puntos más álgidos cuando el edil capitalino, Ricardo Álvarez, dejó entrever que la convención podría ser financiada con fondos públicos.
Aunque Álvarez aclaró que en realidad lo que quiso decir es que aportaciones de empleados públicos podrían ser usadas para esta actividad política, las primeras declaraciones fueron suficientes para que el Ejecutivo lanzara toda su ofensiva.
El discurso político se elevó de tono en virtud de que esta semana se realizará la Convención Ordinaria que coincidirá con el nacimiento del excaudillo Tiburcio Carías Andino.
El evento se realizará “contra viento y marea” este jueves en la sede del Comité Central del Partido Nacional (CCPN), a partir de las 9:00 de la mañana, con la presencia de mil convencionales de los cuales unos 700 representan los intereses de la corriente Azules Unidos, que comanda el presidente del Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández.
Hasta ayer, el presidente del CCPN, Ricardo Álvarez, mantenía su posición de no asistir a este encuentro político porque no “es el momento de hacer fiesta” ante tanta tragedia que vive el país.
“Ni siquiera se han entregado todos los cuerpos de la tragedia en el centro penal de Comayagua”, recordó.
En su caso, advirtió que será la primera vez, en su vida como dirigente y activista, que no asistirá a una convención, siendo particular el hecho de que el ausente será el propio presidente del Partido Nacional.
Se espera que los convencionales que él controla tampoco asistan al encuentro que tiene como finalidad instalarse “legalmente”, como lo rigen los estatutos, luego la suspenderán para “coincidir” con el pensamiento de Álvarez.
Álvarez en los últimos días ha incrementado su presencia en los siniestrados mercados de la capital para mandar un mensaje a los promotores del evento que él está con la gente más necesitada. Ayer tuvo un aparente lapsus al insinuar que la Convención será financiada con dineros del Estado.
“Le he mandado una carta al ministro de Finanzas, que parte del dinero que se iba a utilizar para la Convención, que se los pasen a esa gran maratón de fe que promovió Rosa Elena, para que le sigamos ayudando a quien más lo necesita”, dijo Álvarez.
La declaración fue suficiente para que la propia ministra de la Presidencia, María Guillén, afirmara que ni un solo centavo de los fondos públicos puede usarse para ese acto político.
El secretario privado del Presidente, Reynaldo Sánchez, fue más allá al sugerirle: “Mi llamado es para que bajemos un poco la calentura política, que busquemos ahí un poquito de acetaminofén y que no permitamos que se llegue a niveles tan grandes que hagan que el Partido Nacional de Honduras se pueda dividir”.
Alvarez advirtió que las aportaciones de los empleados son deducidas por Finanzas, siendo estos los recursos a los que hacía referencia, Al mes, el PN percibe entre seis y siete millones de lempiras de los burócratas y activistas.