TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El telón se levantó en una tarde repleta de emociones musicales en el Estadio Chochi Sosa, donde el ecléctico espectáculo de “La Fiesta” prometía ser una experiencia inolvidable.
Durante siete horas de pura intensidad musical, Timo, Lasso, Jowell & Randy, El Alfa y Jhayco desplegaron su talento.
A partir de las 6:10 de la tarde los asistentes fueron seducidos por la atmósfera melódica y enérgica de la banda colombiana Timo, quienes interpretaron temas como “Conquistar el planeta” y “Luz” que hicieron resonar el estadio, marcando el comienzo de una velada musicalmente diversa y emocionante.
El carismático solista Lasso tomó el escenario para ofrecer una hora de pura pasión musical. Desde clásicos como “Te veo” hasta el estreno en vivo de su nuevo sencillo “Bilingües”. El venezolano cautivó a la audiencia con cada nota, culminando la actuación con su éxito más conocido “Ojos marrones”.

La fiesta continuó con una explosión de nostalgia y ritmo, cortesía de Jowell & Randy, quienes no solo prometieron un futuro concierto de tres horas en Honduras, sino que entregaron un adelanto de lo que será un evento inolvidable.

Con éxitos como “Soy una gárgola” y “Safaera”, el dúo reguetonero demostró por qué son referentes del género.
Al filo de las 10:30 de la noche, el escenario se convirtió en un hervidero de energía cuando El Alfa, autoproclamado como el “rey del dembow”, hizo su aparición.

Con temas como “4K” y “La mamá de la mamá”, el artista dominicano llevó la temperatura del estadio a su punto más alto, demostrando su dominio indiscutible del género.
Cierre magistral
Acaparando todos los reflectores, Jhayco emergió como un titán sonoro, irradiando una energía contagiosa que envolvió al público en un frenesí de ritmo y pasión.
El puertorriqueño desató una cascada de hits, desde el arrollador “Se hace la que no me conoce” hasta la ineludible eufonía de “Holanda”, tejiendo así una telaraña auditiva que avivó a todos los presentes.
Su actuación, imbuida de un magnetismo único, fusionó la frescura del presente con la herencia del género urbano.
Entre la multitud en éxtasis, cada estrofa resonó como un himno y cuando el eco de “Dákiti” se desvaneció en la noche quedó patente que Jhayco no solo cerró la jornada, sino que la elevó a nuevas alturas de esplendor musical.