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Cloud Atlas huele a Oscar en cada uno de sus rincones

El filme cuenta con la participación de Halle Berry, Tom Hanks, Susan Sarandon y Hugh Grant. Cloud Atlas (“El atlas de las nubes”) es la adaptación de la novela homónima escrita por David Mitchell.

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25.11.2012

La calle repleta de fans, policías de escolta y tres camiones con vidrios polarizados señalan claramente el lugar indicado, en medio del Festival Internacional de Toronto.

Halle Berry, Tom Hanks, Susan Sarandon y Hugh Grant en una misma entrevista no pueden pasar tan desapercibidos. Ni tampoco la nueva película Cloud Atlas, que huele al Oscar en cada uno de sus rincones.

¿Después de haber experimentado en primera persona el caos del estreno de la película Cloud Atlas, se dan cuenta del poder que tienen como estrellas de cine?

Tom Hanks (TH): Si realmente tuviese poderes, ahora mismo estaría haciendo ski acuático (risas).

Halle Berry (HB): Contamos con el único poder de lograr reunir un grupo tan bueno como el nuestro.
TH: Claro. Este debe ser el mayor grupo de estrellas reunidas en una misma película. Y tampoco había otra forma de hacerla.

Susan Sarandon (SS): Al menos yo me siento con suerte de que me hayan llamado en primer lugar. Pero al final del día, el único poder que tenemos solo sirve para seguir el ritmo de nuestros jefes, tratando de lograr el mejor trabajo posible.

TH: Yo tengo una pregunta para el Festival Internacional de Cine de Toronto. ¿Cómo es posible que lleven a las celebridades por un callejón, como si fuéramos toros a punto de ser masacrados? (risas) Tienen la entrada del cine más angosta que conozco. Yo pensé que del otro lado, me iban a sacar la cabeza. La experiencia daba pánico (risas).

¿Y cómo fue posible “sobrevivir” desde el punto de vista actoral en medio de un rodaje con tantas superestrellas?

TH: Cuando a mí me dijeron que iban a hacer una superproducción alemana que escribieron en Costa Rica, yo acepté solamente porque nunca antes había visto en cine algo tan parecido a las Naciones Unidas.

SS: Fue tan complejo como fascinante. Si me lo hubieran pedido, yo me hubiese conformado con trabajar en el servicio de comida (risas). No me importaba si mi personaje era importante. Fue algo mucho más difícil de dirigir que un circo de tres pistas. Pero muchas veces, la gente se apabulla con la presión de los directores, sin importar el presupuesto y uno puede llegar a dejar de disfrutarlo tanto, pero el juego de la colaboración fue maravilloso y fue adictivo. Nunca antes yo había trabajado con tanta gente que disfruta tanto en sus vidas, con el arte.

TH: Querían lograr una literatura cinematográfica y tuve que leer hasta las huellas digitales para tratar de ver si podían conseguir lo que esperaban de mí. Pero enseguida pensé que así debería ser la actuación en todo el cine. Supe que iba a ser brillantemente divertido, que íbamos a filmar en lugares maravillosos, aunque íbamos a tener que trabajar muy duro para pasar por las trincheras de emociones que necesitábamos pasar para llegar a esos momentos que tan bien están destacados en el libro y el guion. Y así fue como dije “Mierda, esto es lo que hago para vivir” (risas), y acepté.

HB: Al principio yo también estaba agradecida de que hayan pensado en mí. No dudé demasiado en aceptar. Y disfruté cada momento. Tom estaba feliz de verme a diario y aprecio esta experiencia tan pero tan divertida. Supongo que todos están de acuerdo en decir que sí fue algo demasiado grande, tampoco hubo tropiezos y pienso que todos tuvimos una buena experiencia como actores, porque también pudimos divertirnos.

¿Nunca hubo alguna queja entre tantos famosos? TH: Yo solamente escuché una queja de Jim Sturgess, un día después que lo dejamos transpirando en un momento donde yo trataba de envenenarlo y él tenía esta barba tan pegajosa que realmente parecía que le había crecido. En la sala de maquillaje escuché que decía (Imita la voz de Sturgess) “Por favor, sáquenme esto de mi cara” (riendo). Fue la única queja que escuché.

Hugh Grant (HG): Bueno, yo me arrepiento de haber hecho esta película (risas, demostrando que solo bromea). Cuando me ofrecieron este trabajo, pensé que podía mostrarle a la gente que tengo muchas más cuerdas que solo una sobre mi cuello. Primero, me equivoqué (más risas) y segundo, pasé demasiado tiempo en la silla de maquillaje, por horas y horas.

Y mi temperamento no es tan bueno. Todos hablaban de la buena atmósfera del estudio y yo trataba de arruinarla insistiendo que el equipo de filmación en Alemania era mucho más rápido y más interesante que el americano, pero nunca conseguí que me despidieran (no puede parar de reír).

¿Lo único que Tom Hanks había hecho antes en ciencia ficción realmente había sido meterse sin permiso, en secreto, en el rodaje de Star Trek II? TH: Es cierto, lo admito. Soy culpable.

¿Y cómo es que llevó tanto tiempo verlo en una película de ciencia ficción? TH: Simplemente porque a mí no me llaman para esta clase de películas. Siempre hay temas que uno quiere hacer... No sé. Y la única razón por la cual pude entrometerme en el estudio de Star Trek II: The Wrath of Khan, para los fans, es porque habíamos tenido un largo descanso en el almuerzo del rodaje de la película Boson Buddies y con Peter Scolari quisimos meternos en problemas.

¿Y hablando en serio, cuáles son las circunstancias más insignificantes de la vida que los llevaron a convertirse en los actores que son hoy? TH: Yo estoy en este lugar porque no me eligieron para uno de los espectáculos que había audicionado en la universidad y fui a otro donde finalmente me aceptaron.

HB: Yo estoy aquí porque directamente no quería ir a la universidad. En la escuela secundaria había trabajado demasiado para ser Miss Todo y a los 17 años no daba más. Y tuve que buscar algo más.

SS: Yo estoy aquí porque todos mis otros planes fallaron.

¿Recuerdan con claridad la primera vez que leyeron el guion de Cloud Atlas? ¿Creen que pueda ser un clásico del cine que la gente quiera ver una y otra vez?

TH: Para mí, las primeras siete páginas del guion cuestionan quiénes son estas personas y hacia dónde van. Pero también es como un abrazo que se va tornando más y más apretado.

Y con solo apagar la luz te das cuenta de que es un tema con el cual se pueden identificar todos, aunque yo no estaba tan seguro al principio, pero después de siete páginas, todo fue mucho más evidente.

Para cuando llegué a la página 40 o 50 del guion, estaba totalmente involucrado en los problemas de estos individuos y entendí que eran personajes que tenían que tomar decisiones que podían ser crueles o amables, pero que esas decisiones iban a cambiar al mundo que vivían.

Esa era la arquitectura del guion. Se dijo mucho sobre el gran trabajo que hicieron nuestros jefes en Costa Rica, pero creo que lograron una mezcla perfecta entre la literatura de David Mitchell y el poder cinematográfico.

SS: Si tuviéramos que señalar un término para el estilo de película, no diría que son seis películas, ni siquiera dos, pero es un buen ejemplo del cine literario que examina la conexión de la raza humana a lo largo del tiempo.

TH: Para el final del guión, todo se entendía perfectamente, la historia valía la pena. Pero yo solo quería ver a Hugh Grant maquillado como un caníbal caminando por los estudios de Babelsburg Film (risas).

HG: ¡Gracias!

¿El personaje favorito de cada uno? HG: La única razón por la que hice esta película había sido para convertirme en el caníbal guerrero Conan. Por suerte me dejaron quedarme con el vestuario (risas). Me lo puse algunas noches para salir por Londres solo para ver algunos flashes. Ahora me siento mucho más cómodo.

SS: A mí me gustó interpretar un hombre, porque cuando me veía al espejo no podía reconocerme. Y es la primera vez que me pasó algo así, más allá de todo lo que había hecho antes en cine, nunca antes me había visto al espejo pensando que era primo de Christopher Walken o algo parecido (risas). Esa experiencia fue muy divertida.

TH: No me malinterpreten, pero a mí me gustó hacer el personaje que tira a un crítico por el balcón hacia una muerte horrible (las risas ya son carcajadas). Esa fue mi parte favorita. Me encantó. Fue magnífico.

HB: Yo diría que mi personaje favorito probablemente haya sido la mujer judía alemana. Me acuerdo la época en que me estaba probando unos vestidos hermosos, tratando de ver lo que mejor me quedaba y Tom me preguntó si alguna vez había hecho alguna película de época, con un vestido de lujo. Y le pedí que lo pensara por un minuto porque en una época así probablemente hubiera tenido que interpretar una esclava o algo parecido, nadie bien vestido.

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