VALLE, HONDURAS.- Afuera de una covacha edificada con palos, ramas, pedazos de lámina y plástico jugaba la pequeña Kataleya de tres años. Adentro, a chorros de sudor por el calor, su madre Valeria Osorto amamantaba a la otra bebé, Sofía, de tres meses.
Cualquier persona diría que son bendecidas porque habitan en uno de los lugares escénicos más bellos del Honduras, en especial en la colonia Playa Grande, Amapala, Valle, en el Golfo de Fonseca.
Esta parte del océano Pacífico donde convergen tres países -El Salvador, Nicaragua y Honduras- cada vez es más golpeada por el cambio climático, la pobreza, el desempleo e indiferencia de las autoridades, comprobó la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.
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“Mi esposo es pescador, a veces no gana nada, solo saca para la gasolina, si tiene suerte puede conseguir sus 500, pero si no, solo el pescadito que trae, de ahí mismo freímos y comemos”, narró la madre de familia de 23 años.
Su familia le dio un pedacito de terreno para que hiciera su casa, pues no tienen ingresos suficientes para alquilar un cuarto, pero pasa angustiada, pues su covacha está casi al centro de un arroyo por donde pasa agua cada vez que llueve.
La promesa de convertir Amapala en un polo de desarrollo al firmar el Tratado Integracionista del Bicentenario entre Honduras y Nicaragua quedó en papel mojado.
Para ese hermoso lugar de Honduras prometieron la construcción de un puente para unir Coyolito con la Isla del Tigre.
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Puerto
Al tener una bahía privilegiada gracias a su amplitud y profundidad de unos 30 metros, se incluyó dentro de los proyectos la construcción de un puerto, pasando allí las operaciones del puerto El Henecán que funciona en San Lorenzo, Valle.
La comerciante María Mendieta aseguró que ellos sufren del olvido de las autoridades, ahí el costo de la comida es elevado, ya que en el mar no se haya pescado y tampoco hay fuentes de empleo.
A pesar de ello, expresó que “nosotros no necesitamos puente, estamos bien así, mejor que vengan los barcos a Amapala, no vamos a trabajar los viejos pero sí los jóvenes”, expresó la vendedora del mercado local.
La idea de pasar el puerto El Henecán a Amapala no es bien recibida por las autoridades de San Lorenzo, quienes aseguran que se perderán muchos empleos directos e indirectos.
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Rogoberto Bonilla, jefe de Control Tributario de la municipalidad de San Lorenzo, expresó que para ellos sería un problema porque tienen el puerto mayor de la zona y es por donde está entrando todo lo que llega por el Pacífico.
De hacerse el puerto y el puente en Amapala, es posible que San Lorenzo quede como una segunda alternativa recibiendo barcos de calado pequeño, pero ya no funcionaría como en la actualidad.
Alrededor del Golfo de Fonseca hay una amplia vegetación de manglares, zonas turísticas, restaurantes y lugares que atraen a nacionales y extranjeros, pero no ocurre todo el tiempo debido a las condiciones de la zona.
Clima
Una enorme ola llegó por la noche, cubrió los escombros que han quedado de las cinco cuadras que ha devorado el mar, pasó por toda la playa, también por las cocinas de los restaurantes donde fríen los ricos pescados, hasta cubrir un pequeño pantano de manglar. Ahí es Cedeño y las playas en la costa de Choluteca, donde la gente ha perdido millonarias inversiones debido a que el mar se está saliendo y no hay quien les ayude a mitigar el problema.
“Aquí había mansiones de millonarios a la orilla de la playa, estaban cercados, tenían muros, mi papá tenía la casa también, pero el mar se lo tragó”, contó una de las afectadas mientras preparaba una carne para almorzar.
“Ya tenemos dos días que la marea sube y el mar se sale, mire ese estero, estaba seco, esa agua no estaba, el mar se está saliendo más”, mostró un muchacho a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.
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Los habitantes de la zona cada vez se tienen que ir corriendo hacia tierra firme porque el mar los corre, “ya no podemos hacer casas de material, de nada sirve porque estamos perdiendo territorio”, expresó Fabián Ordóñez, presidente del patronato de Cedeño.
“Es importante decirlo, de todos los gobiernos han ido a cumbres internacionales y han hablado del cambio climático y para qué, nosotros no vemos los frutos, hasta de Diario El País de España vinieron a ver cómo estamos afectados y se sorprendieron”, declaró.
Ellos han perdido varias cuadras de playas y no reciben apoyo de nadie, se sienten a la deriva, expresó mientras caminaba hacia una casita de madera construida con horcones sobre la superficie, porque sabe que dentro de poco tendrá que buscar otro lugar donde habitar.
Las autoridades locales de la zona informaron que Cedeño se ha declarado como la “zona cero” de Latinoamérica porque es uno de los lugares más afectados por el cambio climático, golpeando directamente a las comunidades.
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