GRACIAS A DIOS, HONDURAS.- Abandonado en un extremo de la carretera ilegal que se interna por la Biósfera del Río Plátano está un lujoso vehículo marca Nissan Frontier, año 2018, cabina sencilla, paila larga, de color caramelo.
El potente vehículo tiene dos pronunciadas perforaciones de bala de armas de grueso calibre en su vidrio frontal a consecuencia de un atentado contra ganaderos, padre e hijo.
Lleva meses en la zona y a pesar de tener un valor alto en el mercado lo han dejado a la intemperie, presa del agua, del polvo y de las inclemencias de un área casi inhóspita.
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La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus evidenció la falta de presencia militar y el peligro latente que existe en la carretera ilegal de 110 kilómetros que conecta el municipio de Dulce Nombre de Culmí, Olancho, y la aldea de Krausirpi, Gracias a Dios.
La vía de comunicación se convirtió en tierra de nadie sin ningún tipo de restricción a pesar de ser salida de ganado, madera y tener vínculos con el trasiego de drogas provenientes del oscuro narcotráfico.
Tampoco hay restricción para el ingreso de maquinaria pesada dedicada a la construcción de nuevas brechas en una zona considerada desde 1981 como Patrimonio de la Humanidad.
El descuido de las autoridades ha impactado en la destrucción de 30 mil hectáreas de bosque virgen de la Biósfera en los últimos tres años y tiene bajo amenaza 28 ecosistemas terrestres y cinco marítimos.
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Tránsito libre
Desde la comunidad de Los Mangos, en el municipio de Dulce Nombre de Culmí, Olancho, la carretera ilegal que conecta hasta la aldea Krausirpi, Gracias a Dios, tiene libre tránsito de vehículos.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus comprobó que las Fuerzas Armadas de Honduras (FF AA), responsables de la protección de la Reserva del Hombre y Biósfera del Río Plátano, no han movido un dedo para llevar algún tipo de control sobre quiénes y a qué entran a la zona protegida.
Tampoco realizaron la destrucción de la carretera por medio de cargas explosivas, como lo anunciaron a este rotativo con mucha seguridad hace al menos 11 meses cuando la denuncia se hizo pública.
El único retén que existe al comenzar la carretera en el kilómetro seis es una tranca improvisada que está a la par de una cabina de metal donde en algún momento personas de comunidades cercanas pedían dinero para la construcción de un puente sobre el río Aner, el cual ya se terminó.
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A partir de ahí, por la vía de comunicación ilegal se pudo evidenciar el constante movimiento de carros pick-up, motocicletas, tractores de todo tipo, buses y camiones repletos de vacas y toros.
La mayor parte son propiedad de ganaderos y empleados que se encargan de la producción de lácteos y carnes y, a la vez, son promotores de una gran cantidad de aperturas en la carretera.
En el kilómetro 50, aproximadamente, la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus encontró un vehículo tiroteado por arma de grueso calibre.
Testimonios recopilados en la zona apuntan a un atentado contra padre e hijo perpetuado el año pasado que dejó víctimas mortales y daños materiales a los involucrados.
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Mientras que los representantes de la Asociación de Ganaderos de Wampu (Asogaw) dijeron que solo se trataba de un carro averiado que personas sin oficio le quebraron los vidrios, pero no pasó a más.
Por su parte, los aldeanos explicaron que el carro fue abandonado y aseguraron que, como ese, algunos otros atentados se han suscitado en la carretera, pero no salen en las noticias y tampoco son reportados por las autoridades que extrañamente llegan a las comunidades.
Se conoció que a pesar de lo inhóspito de la zona, hay tránsito de vehículos por la noche en un área donde no hay luz eléctrica y tampoco señal de teléfono celular, solo comunicación por medio de radios.
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Extranjeros
Sumado al abandono de las autoridades encargadas de la protección de la Biósfera del Río Plátano y Reserva del Hombre, la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus comprobó la presencia de extranjeros dedicados a la ganadería.
Movilizados en dos vehículos, Toyota y Nissan, ambos color gris, cabina sencilla y de reciente año de fabricación, unos diez hombres visitan esporádicamente la comunidad de Krausirpi.
El patrón, un sujeto de piel trigueña, camiseta sin mangas, jeans, botas, lentes, cadenas y muy mal humorado cruzó palabras de forma breve con el equipo de EL HERALDO Plus.
Explicó que estaba realizando vacunación a un ganado y que estaría dos días en la zona, uno de sus ayudantes -también de muy mal humor- dejó muy claro su acento colombiano en una conversación con sus compañeros “veterinarios”.
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El sujeto incluso acudió a insultos como “gonorrea”, “marica” y “huevón” para ponerle ambiente a su conversación y que no quedara duda de su nacionalidad.
El patrón, por su parte, habló claramente de muchos de los barrios de la capital y los utilizó de referencia para explicarle a EL HERALDO las distancias que existían de un punto a otro y mostró su carácter al gritarle a sus empleados que, mientras él hablaba, no quería escuchar la voz de nadie más... a lo que todos obedecieron.
Se trató de buscar testimonios con personas de la comunidad, pero dejaron claro que los patrones son ganaderos y no tienen conocimiento de actividades ilícitas.
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Destacamento militar
Aunque las FF AA anunciaron desde el año pasado la presencia militar en la carretera ilegal para impedir su avance, se comprobó que todo quedó en palabras.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus evidenció la construcción de un inmueble de madera en la comunidad de Krausirpi, Gracias a Dios, donde supuestamente tendrán presencia elementos del Ejército, del Instituto de Conservación Forestal (ICF) y de la Fiscalía del Medio Ambiente para tratar de imponer orden en la Biósfera e impedir el avance de la vía hasta el municipio de Wampusirpi.
El inmueble está en un 80 por ciento de avance, pero personas de la comunidad aseguraron que no se trata de un destacamento militar, sino de una inversión extranjera que busca proteger la Biósfera y será apoyada por las instituciones.
