Tegucigalpa, Honduras.- Una investigación de Expediente Abierto en redes sociales sobre el proceso electoral de Honduras muestra que la ciudadanía se enfrenta a flujos informativos altamente emocionalizados, diseñados para polarizar, atemorizar o movilizar políticamente.
EH Verifica analizó el informe y constató que las elecciones se desarrollan en medio de una competencia geopolítica global en la que China y Rusia, junto a otros actores, refuerzan la narrativa del oficialismo hondureño.
Polarizar y movilizar
El informe “Batalla digital en Honduras: propaganda, geopolítica y la lucha por la legitimidad electoral” se basa en un monitoreo de X, Facebook e Instagram entre el 22 de septiembre y el 24 de octubre de 2025. Para el caso de X, el análisis cuantitativo abarca del 1 de septiembre al 30 de octubre.
En ese periodo, Expediente Abierto describe flujos informativos “altamente emocionalizados”, es decir, contenidos pensados para activar emociones fuertes más que para aportar contexto.
Según el documento, esos mensajes están diseñados para polarizar, atemorizar o movilizar políticamente, y se insertan en narrativas sobre fraude, crisis poselectoral, conspiraciones externas y amenazas a la soberanía.
La campaña se convierte así en una guerra por el relato: el informe concluye que el desenlace no solo dependerá del voto, sino del éxito de cada bloque para imponer su narrativa en la mente de la población hondureña.
Escenario dominado por el oficialismo
El monitoreo de X registró 6,670 menciones sobre los tres principales candidatos: 2,870 para la oficialista Rixi Moncada, 2,190 para Salvador Nasralla y 1,610 para Nasry Asfura. Es decir, Moncada concentra el mayor volumen de conversación.
También lidera en valoración positiva: 67.84% de las menciones sobre Rixi son positivas, frente al 52.78% en el caso de Nasralla y el 42,24 % de Asfura.
El informe señala que el aumento de menciones en octubre coincide con temas de alta tensión, como el retiro de visas de Estados Unidos a actores vinculados con China, el debate sobre Smartmatic y la solicitud de Rusia para fungir como observador electoral.
En paralelo, la investigación documenta cómo la narrativa oficialista se ve reforzada desde el exterior por aparatos mediáticos estatales y paraestatales.
Respaldo institucional
El informe sitúa las elecciones hondureñas dentro de una competencia geopolítica global. Potencias como Estados Unidos, China y Rusia, junto con actores político-mediáticos de Venezuela, Cuba, Argentina y España, inciden directa o indirectamente en la construcción del clima electoral.
China mantiene su injerencia en un plano “institucional”. Según el documento, evita mencionar de forma abierta las elecciones, pero utiliza sus medios y su embajada para difundir acciones propagandísticas en conjunto con el gobierno de Xiomara Castro, presentadas como iniciativas en favor del desarrollo y el bienestar.
Aunque las menciones sobre Honduras en medios chinos siguen siendo relativamente bajas, aumentaron respecto al periodo de monitoreo anterior (del 1 de agosto al 21 de septiembre).
El gobierno chino también condenó la decisión de Estados Unidos de cancelar visados a actores relacionados con Pekín, una medida que afectó de forma directa a Honduras y terminó impactando la narrativa electoral sobre soberanía, presiones externas y alianzas internacionales.
Rusia participa principalmente a través de RT en Español. El medio difundió en sus redes sociales una entrevista con el vicecanciller hondureño Gerardo Torres Zelaya y publicó un reportaje sobre la injerencia de la CIA en América Latina que retoma el golpe contra Manuel Zelaya.
Aunque ese contenido no menciona explícitamente las elecciones de 2025, el informe destaca que contribuye a reforzar y legitimar la narrativa oficialista sobre conspiraciones externas y defensa de la soberanía.
Altavoces de Libre
El documento detalla que el oficialismo recibe “respaldo significativo” de medios estatales o paraestatales de países donde la democracia liberal no es la norma, en particular TeleSur (Venezuela), RT (Rusia), Prensa Latina (Cuba) y plataformas ligadas a China.
TeleSur aparece como el actor extranjero más activo en apoyo al oficialismo. En X, durante 2025, este medio mencionó a Rixi Moncada más de un centenar de veces, frente a menos de una docena de menciones para cada uno de los dos candidatos opositores.
El gráfico incluido en el informe recoge 112 menciones a Moncada, frente a 8 y 11 a sus contendientes, lo que Expediente Abierto presenta como un ejemplo claro del desequilibrio informativo.
A lo largo del año, TeleSur mantuvo una cobertura constante sobre Honduras, con un incremento a partir de agosto ligado al proceso electoral y un pico en octubre.
En septiembre, además, creó un canal de difusión en WhatsApp exclusivo para Honduras, reforzando su papel como amplificador de la comunicación del oficialismo.
El informe describe cómo estos medios replican un modelo de comunicación vertical, opaco y propagandístico: promueven la “Refundación” y el “legado” del gobierno actual, insisten en la defensa de la soberanía frente a la “injerencia” y deslegitiman a la oposición, a la que casi no nombran o presentan como amenaza.
Competencia geopolítica
La investigación de Expediente Abierto, analizada por EH Verifica, sostiene que las elecciones hondureñas no pueden entenderse solo como una disputa interna entre partidos.
Las campañas están atravesadas por intereses y estrategias que trascienden las fronteras, donde cada bloque internacional intenta proyectar su propia visión de la democracia y la soberanía sobre el caso hondureño.
El informe subraya que el hecho de que el oficialismo reciba respaldo comunicacional de actores vinculados a gobiernos donde las libertades civiles no son la norma añade un elemento crítico para la calidad democrática: estos actores exportan prácticas comunicacionales opacas, centralizadas y propagandísticas que reducen el espacio para el debate plural y la deliberación.
En este contexto, la ciudadanía hondureña llega a las elecciones inmersa en una guerra digital donde China, Rusia y sus aliados mediáticos apuntalan la narrativa de Libre, mientras otros actores internacionales se alinean con la oposición.
La disputa no es solo por los votos, sino por la versión de la realidad que quedará instalada después de que se cierren las urnas.