A pesar del creciente endeudamiento público para cubrir el excesivo gasto, el gobierno de Honduras sostiene que la capacidad de pago no está en riesgo en el mediano y largo plazo.
La Secretaría de Finanzas (Sefin) no documenta atrasos de pago de capital o intereses con los acreedores internos y externos. Para este año, el presupuesto aprobado para el servicio de la deuda pública de la administración central es de 17,813.5 millones de lempiras.
Para diciembre de 2013, el saldo de la deuda pública de Honduras superará el 40% del PIB,
que es el umbral definido por organismos nacionales e internacionales, entre ellos el Banco Mundial (BM).
Un estudio del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) revela que “tras arrastrar por muchos años el fuerte peso de la deuda con el exterior, a partir de 2005 Honduras recibió un sustancial alivio. Sin embargo, los factores mencionados relativos a la crisis internacional y a la política interna han hecho que el país vuelva a la senda del endeudamiento, pero en la actualidad con un crecimiento acelerado de la deuda interna”.
Capacidad de pago
El Departamento de Crédito Público de Sefin ha realizado una serie de pruebas de sostenibilidad de la deuda pública de Honduras.
Las pruebas se realizaron sobre indicadores como el PIB, los ingresos fiscales y las exportaciones de bienes y servicios, que son los parámetros usados para analizar la capacidad de pago de un país, tanto de liquidez como de solvencia.
“Observando los indicadores descritos con anterioridad podríamos concluir que en la deuda externa pública (2013-2033) se vislumbra un panorama muy claro y seguro, puesto que inclusive considerando un alto porcentaje de financiamiento en términos no concesionales, el país muestra indicadores de sostenibilidad robustos, con lo que no avizoran problemas en cuanto a la capacidad de pago de Estado para poder asegurar la cancelación de las obligaciones futuras de los nuevos compromisos contratados”, concluye el estudio.
Agrega que la deuda pública externa no sobrepasa los umbrales de los parámetros establecidos internacionalmente para Honduras, y aun cuando se le aplican las pruebas de estrés extremas ningún indicador sobrepasa los umbrales, lo que muestra la baja vulnerabilidad a los efectos de los dos primeros años aplicando una desviación estándar a las variables macroeconómicas, como ser las exportaciones y el PIB.
Agrega que para los indicadores usados en el análisis, como ser liquidez y solvencia, se puede observar que el escenario de pruebas extremas sufre un aumento para los tres primeros años, pero mostrando una tendencia decreciente a partir de 2015 hasta el final del período de análisis (2033), concluyendo que los mismos no comprometen la sostenibilidad de la deuda pública de Honduras en el largo plazo.