Tegucigalpa, Honduras.- La ilusión de participar en la Vuelta Infantil EL HERALDO 2025 tiene nombre y una sonrisa de ocho años: Andrés Espinal. Este pequeño capitalino se convirtió en el primer niño inscrito en la tradicional competencia que reunirá a decenas de pequeños pedalistas el próximo domingo 19 de octubre. “Súper feliz, estoy emocionado de ir y sentir mucha alegría”, dice Andrés, quien no oculta su entusiasmo por debutar en una carrera de ciclismo.
El protagonista de esta historia ya tiene lista su compañera de aventuras: una bicicleta azul con asiento anaranjado, llantas multicolor y un timbrecito en el manubrio. “Lo que más me gusta es ir muy rápido y divertirme mucho”, expresa con un tono de voz que contagia energía.
Ejemplo desde el hogar
Su inspiración por la bicicleta llegó desde casa, cuando veía a sus padres practicar diferentes actividades físicas. “Mi papá me enseñó a andar en bici”, cuenta orgulloso Andrés antes de admitir que sueña con ganar una medalla en su primera participación.
Su padre, César Espinal, es pieza clave en el arranque de esta pasión por el ciclismo. Él también correrá en la decimocuarta Vuelta Ciclística en la categoría de adultos y junto con su esposa encontraron una buena oportunidad de crear un bonito recuerdo en la memoria de su hijo. “Este año es la primera vez que yo me inscribo en la Vuelta y, al ver que también estaba la Vuelta Infantil, estuve pendiente del momento que iniciaron las inscripciones de los niños. Queremos inculcarle disciplina, esfuerzo y la importancia de mejorar continuamente”, manifiesta con determinación. Para la familia Espinal, este evento más que una carrera es una oportunidad para crecer, perder miedos y fortalecer valores.
Cesarito, como le dicen cariñosamente sus padres, aconseja a otros niños que aún no se deciden a participar a “que se unan para que puedan divertirse mucho, poder hacer deporte y ganar premios”. Mientras, su progenitor hace el llamado a otros padres de familia a que impulsen a sus niños en aquellas cosas que ellos tengan destreza, interés, ánimos y que, además de ser un ejemplo, sea de provecho como lo es el deporte.
Valor de aporte social
La familia ve con orgullo que la Vuelta también tenga un fin solidario; este año se hará en beneficio de la Asociación Arca de Esperanzas. “Es un ganar-ganar, es algo sano y positivo que además ayuda a quienes más lo necesitan”, destaca César.
Con el corazón lleno de ilusión, Andrés cuenta los días para escuchar el pitazo inicial. Su meta va más allá de las vueltas en bicicleta: “A mi papá y a mi mamá también les dedico esta participación”, afirma con convicción.
El próximo 19 de octubre en el estacionamiento de Multiplaza, este pequeño soñador demostrará que los grandes campeones empiezan a forjarse desde la infancia, impulsados por el amor, el ejemplo, la unidad y la fuerza de una familia que pedalea unificada.