SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- En Honduras el nombre de Luis Alvarado comienza a destacar, sin embargo, en El Progreso es un ídolo, criado en la aldea La 28 y formado en la colonia Las Paredes, siempre estuvo vinculado con el fútbol.
Su familia y amistades le tienen mucho respeto y admiración, y no se sorprenden de los logros que está alcanzando con apenas 34 años ya que brilló como futbolista juvenil, levantó un título en la Liga Nacional y goza de una clasificación mundialista a nivel Sub 20. Y hoy ante Estados Unidos busca el boleto a los Juegos Olímpicos de París 2024.
Desde pequeño siempre estuvo con el balón, soñaba con ser futbolista y destacar.
No es un arquitecto y mucho menos estudió esta carrera, sin embargo, sus familiares y amigos así lo catalogan por su forma de ser. No deja nada al azar, todo lo planea al detalle, siempre está un paso adelante.
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Amor de familia
En el Instituto Perla del Ulúa aún están los recuerdos de la generación 2003 cuando fueron campeones nacionales y disputaron un mundialito en México, ahí estaba Luis Alvarado, de 15 años como el capitán y figura.
Su andadura por el mundo del fútbol lo llevó a jugar en las reservas del Honduras Salzburg, Lenca, Atlético Choloma y Honduras Progreso, con este último logró el título de segunda división y en el torneo Apertura 2015-2016 era el capitán levantando la copa de campeón en primera.
Siendo futbolista, Luis comenzó a estudiar para ser entrenador y logró graduarse como licenciado en Educación Física. Fue integrado al Honduras Progreso y en 2019 llegó como entrenador principal y salvó al club del descenso. Doña Gloria, su madre, está feliz por el éxito de su hijo, a quien cuidó toda la vida.
“Estoy muy alegre, feliz por mi muchacho, porque le ha dado una gran alegría al país. Nosotros como familia y sus amigos nos sentimos muy orgullosos”. Y agregó sobre la vida de Luis Alvarado: “Siempre fue un muchacho bien tranquilo, educado, humilde.
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Mis hijos siempre llevaron ese amor por la pelota”. Luis tiene tres hermanos más: Wendy, Carlos y la menor Kelyn, todos vinculados con el mundo del fútbol de su hermano.
Wendy es la mayor y la que acompañó a un pequeño Luis a todos sus juegos. “Es un orgullos, se lo deseaba, se esmeró en ser técnico. Ha sido entregado al fútbol, siempre lo acompañé.
La familia está encantada y deseamos que clasifique también a los Juegos Olímpicos”. Paola es su pareja y juntos procrearon a María José, quien tiene siete meses y es la inspiración de Luis Alvarado. “Hay mucha alegría. Lloré bastante al verlo triunfar.
Nuestra hija es su motor, la alegría. Esta etapa ha sido larga, ha estado trabajando por más de un mes y en ocasiones de preparación viaja cada 15 días”. Fuera de su etapa como entrenador, Paola reveló que Luis es cariñoso, detallista y un gran padre.
Y ella dio el primer paso al comienzo de la relación al escribirle por las redes sociales. Luis creció solo con su madre y sus hermanos, su padre tuvo que viajar de forma ilegal a Estados Unidos cuando el exjugador del Honduras Progreso y actual entrenador de la Sub 20 apenas tenía un año.
Buscó siempre ayudar a su familia económicamente para lograr un mejor estilo de vida.
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