El Progreso, Yoro. Adormitado, desaparecido y muy alejado de ese membrete de campeón, el León vio cómo una aplanadora llamada Honduras de El Progreso le hizo vivir una auténtica pesadilla en el Humberto Micheletti con una auténtica paliza: 4-1. Un marcador que el Olimpia querrá borrar de su mente para siempre y que, naturalmente, el Ribereño lo recordará por mucho tiempo porque lo estructuró de forma muy merecida. Paciencia, atrevimiento y efectividad fueron las mejores armas del Progreseño para borrar a un desconocido Olimpia y encarar un partido que pasó del bostezo a una auténtica fiesta de goles que se detonó a partir de un golpe sobre el epílogo de un aburrido primer tiempo.
Un golpe vital...
Pedro Mencía, disfrazado de gran pasador, metía una pelota primorosa al centro del área que encontraba al principal protagonista de la película, ángel Tejeda, que hacía su tarea: control de zurda y remate de derecha para hacer explotar a los suyos con el 1-0 (44).
Ese sería el detonante de las emociones porque apenas reiniciado el partido (47), el ingresado Javier Estupiñán aprovechaba una gran jugada de Arnold Peralta por la derecha para cajonear el 1-1 entre las piernas del meta West. El campeón reclamaba su membresía de grande, pero eso simplemente se quedaría en una utopía porque de ahí en más la fiesta solo era para unos atrevidos Progreseños que destrozaban al aturdido, impreciso y nervioso Olimpia (reflejado en un Noel Valladares que firmó una noche fatal).
Edwin León le daba de su propio chocolate a Peralta, lo dejaba tirado y entre su puntazo y las manos flojas de Noel aparecía Franklin el Owen Morales para poner el 2-1 (57).
Tejeda firma su hat-trick
Todavía los aficionados locales celebraban el segundo cuando, empujado por el gol, Franklin Morales se metió como cuchillo entre mantequilla, dejó tirado a un Noel que solo miró cómo un solo Tejeda anotaba su doblete (3-1 al 61). Y no conforme con dos, Ángel aparecería para sellar un inolvidable hat-trick. Contragolpe fulminante y recorte espectacular de Tejeda para dejar en el césped a Fabio de Souza y cruzar el 4-1.
Paliza histórica para un campeón que vio cómo le abollaron la corona de una forma muy fea en la Perla del Ulúa.