Es muy temprano en el centro de Toronto.
El tráfico de las calles ni siquiera despertó. Solo los madrugadores corren en bicicletas o buscan algún café Second Cup (la versión local de Starbucks). Hasta el conserje del hotel Park Hyatt tiene cara de dormido. Pero en el noveno piso, en la suite 921, Jude Law está muy despierto.
Para él, parece que fuera mediodía y en cierta forma, lo es. “Llegué ayer por avión y hoy me desperté a las seis de la mañana”, comenta Jude apenas nos recibe para compartir juntos el desayuno. “Estoy en mi horario de Londres y por eso estoy tan despierto, pero no creo que vaya a estar tan bien a la tarde... llegaste a la hora perfecta (risas)”.
¿Es cierto que el nombre de Jude lo habían elegido tus padres por la canción Hey Jude de The Beatles? En realidad, mi madre tuvo varias razones para ponerme el nombre de Jude. Había sido por la canción de The Beatles (Hey Jude), pero también creo que fue por el libro Jude the Obscure.
¿Te llevaban seguido al cine? Sí, mi padre me llevaba a ver películas como Rocky, cosas así. Pero pude ver los dos costados del cine, porque con mi madre iba a ver películas completamente distintas, como “Padre Padroni”, sí.
¿Y con gustos de cine tan diferente tus padres siempre se llevaron bien? (Risas) Bueno, me llevaban a ver las películas que a ellos les gustaban. Pero sí, ellos me presentaron dos diferentes estilos de cine que yo amo.
¿Es verdad que tus padres tenían una escuela de teatro en Francia? No, es una confusión. Los dos eran maestros en Londres y mucho después, 20 años atrás se jubilaron y se mudaron a Francia. Pero antes vivieron ahí por seis meses y manejaron pequeñas compañías de teatro en Francia y también Italia y Londres, pero no tienen una escuela, solo que fueron maestros por muchos años.
¿Y qué opinaron ellos cuando decidiste dejar los estudios para trabajar como actor definitivamente? Para ellos estaba bien, pero también siento que probablemente no hubiesen podido persuadirme de otra forma. Igual, ellos me apoyaron muchísimo considerando que eran maestros. Supongo que reconocieron que en cierto punto, yo tenía que tomar la decisión de dedicarme a la actuación o a lo mejor podía perder la oportunidad. Y me lo permitieron.
¿Qué edad tenías cuando lo decidiste? 17.
¿Entonces es cierto que dejaste la escuela por la mitad para empezar una telenovela en Inglaterra? Es cierto.
¿Qué tan difícil fue semejante decisión? No fue tan terriblemente difícil (risas).
¿Pero fue porque realmente necesitabas más tiempo para trabajar? ¿No hubieras podido estudiar y trabajar al mismo tiempo? Simplemente sabía hacia donde quería ir en mi vida. Y supe que si no llegaba a ningún lado, también iba a estar feliz de volver después a la escuela. No es que no me gustaban los estudios, lo disfrutaba y hubiera ido también a la universidad para completar mi educación, pero hice este programa de televisión que tampoco disfruté demasiado y también me ofrecieron una obra de teatro, al mismo tiempo. Y eso es algo que siempre me encantó. En teatro trabajé casi continuamente por unos cuatro años, hasta que me llevaron a Broadway.
¿Hablando de estudios, crees que la televisión hoy es la escuela de actuación que antes solía ser el teatro? No, en ese sentido creo que el teatro siempre va a ser la mejor escuela para la actuación.
En la londinense Lweisham, Jude Law nació el 29 de diciembre de 1972. Y con apenas doce años, ya estaba haciendo teatro en el National Youth Music Theatre, y a los 17 incluso dejó los estudios para dedicarle tiempo completo a la actuación, cuando lo contrataron como protagonista de la telenovela Families.
El teatro inglés siguió presente en su carrera, como cuando lo nominaron al premio Laurence Olivier y se mudó a Broadway para protagonizar con Kathleen Turner la obra de teatro Indiscretions, donde también lo nominaron al premio Tony. Era la época donde el cine también se cruzó en su carrera y de a poco fue destacándose cada vez más. Primero con Uma Thurman y Ethan Hawke en Gattaca o al lado de Tom Hanks y Paul Newman en Road to Perdition, hasta que lo nominaron al Oscar como Mejor actor de reparto por The Talented Mr. Ripley. Ni hablar cuando volvió a ser nominado como Mejor actor por Cold Mountain, aunque nunca pudo llevarse la estatuilla a casa... Todavía.
¿Qué momento de tu carrera dirías que cambió tu vida? Si miro atrás tal vez haya sido la película The Talented Mr. Ripley. Probablemente, sí. A lo mejor Gattaca también.
¿Y las dos veces que fuiste nominado al Oscar? Si miro hacia atrás las diferentes nominaciones del Oscar, te diría que las dos tuvieron un gran efecto en mi carrera. Me pusieron realmente afortunados y diferentes escenarios que antes no había conocido. Y por supuesto, si volviera a suceder otra vez, aunque tampoco fuera a ganar, sería maravilloso. Voy a ser honesto: no creo que pueda embarcarme en ningún proyecto con la idea de tomar decisiones en base a una carrera en ese sentido, porque entonces solo terminaría tomando las decisiones equivocadas. No se puede decir “Voy a hacer esta película porque va a significar un Oscar”. Hay que mantener los ojos alejados de la pelota, pensando en lo que uno está haciendo, esa tiene que ser la intención y la motivación, porque sino, no creo que nunca llegue a cumplirse semejante deseo.
¿Ganar el Oscar es un poco el equivalente a un título de nobleza en Hollywood? Supongo que lo es, pero hay una lista increíble de actores que no lo ganaron y grandes películas que tampoco fueron premiadas con el Oscar.
Con un estilo de cine mucho más maduro, Law actúa en la nueva película de Anna Karenina. Con un estilo teatral bastante original, la película trata de encontrar un ángulo diferente a la famosa novela de León Tolstói. Y con Keira Knightley como protagonista, solo alguien como Jude Law podía interpretar a su marido, un oficial del gobierno de alto rango con quien tiene un hijo, en una historia que toma otro nivel, cuando ella lo engaña con otro oficial mucho más joven.
¿Llegaste a ver otras versiones anteriores de Anna Karenina cuando supiste que ibas a hacer una historia tan conocida de Tosltói? No, porque sentí que tenía suerte con esta adaptación que muestra un mapa muy fuerte de temas esenciales del libro. Tom Stoppard es un escritor fabuloso, con un intelecto increíble, y a Joe, el director, le encanta ensayar. Crearon una versión tan apasionada que no me pareció necesario buscar nada por otro lado.
¿Tener al lado a Keira Knightley ayudó? Sí, Keira es extraordinaria. Yo siempre la traté como esta jovencita muy ingenua, por supuesto, uno se olvida que ya hizo treinta películas y es toda una profesional. En esta película tuvimos escenas muy intensas y siempre estaba concentrada, trabajó muchísimo a lo largo de todo el rodaje. Pero ya éramos amigos de antes y claro, así todo se vuelve mucho más fácil.