Tegucigalpa, Honduras.- Los vecinos de la zona 8 de la colonia Cerro Grande tomaron palas, carretillas y todo lo que tuvieran a mano para reparar, con sus propios recursos, la calle principal del sector, ante la indiferencia de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC).
La vía que baja desde la zona 2 hacia la zona 8 se encontraba llena de baches que, por años, representaron un riesgo para conductores y peatones. “Decidimos bacharla nosotros mismos porque, si no lo hacíamos, nos quedábamos sin carros y sin calle”, expresó uno de los pobladores.
Desde temprano, hombres y mujeres del barrio se organizaron para emprender la tarea de tapar los enormes agujeros. No era la primera vez que lo intentaban, pero esta vez lo hicieron con la decisión de no esperar más a la Alcaldía.
“Debido a la inoperancia de la municipalidad, tuvimos que hacer el trabajo nosotros mismos. Aquí se paga tasa municipal, pagamos impuestos y no vemos nada de retorno”, denunció otro vecino.
Los residentes explican que, a pesar de que la zona cuenta con un patronato legalmente constituido y juramentado por la propia Alcaldía, sus gestiones han sido ignoradas una y otra vez.
“Cerro Grande zona 8 es una colonia olvidada y abandonada por esta administración municipal”, recalcó uno de los entrevistados.
Aunque no son reparaciones técnicas ni con los materiales ideales, los vecinos aseguran que, al menos, permiten circular sin tanto peligro. “Esto no es lo óptimo, pero ya era intransitable. O lo hacíamos nosotros o nadie lo iba a hacer”, insistió una de las vecinas.
El esfuerzo colectivo responde también a la desesperación. “Uno paga matrícula, impuestos, y cuando va a reclamar dicen que ya van a llegar. Aquí no llegan ni por error”, reclamó otro habitante de la zona.
Unos meses atrás, vecinos de la misma colonia habían denunciado públicamente el deterioro de las calles en Cerro Grande. En esa ocasión, Ramón Murillo, un residente indignado, dijo a EL HERALDO: “El alcalde no hace nada para mejorar las vías. Así como está esta calle, los carros y motocicletas se dañan rápido”.
Los problemas aumentan con la llegada del invierno: los baches se llenan de agua y se vuelven peligrosas trampas invisibles. “En ese agujero que usted ve ahí, muchos carros quiebran sus piezas por el impacto al caer en él. La calle está completamente destrozada”, relató Murillo en su momento.
Los pobladores recalcan que el deber de mantener la infraestructura urbana es de las autoridades. “Nosotros hicimos lo que pudimos, pero no podemos estar toda la vida parchando lo que ellos deben construir”, concluyó uno de los residentes.