Tegucigalpa

Terrible bullicio retrasa recuperación de pacientes

Motores de vehículos, buhoneros ofreciendo sus productos y el ruido ensordecedor de las bocinas durante el pesado tráfico del mediodía son los detonantes de un molesto sonido en los alrededores.

03.08.2012

Conciliar el sueño en la Sala de Recuperación de uno de los tres principales hospitales de la capital es un camino tortuoso y lento.

Motores de vehículos, buhoneros ofreciendo sus productos y el ruido ensordecedor de las bocinas durante el pesado tráfico del mediodía son los detonantes de un molesto sonido en los alrededores.

Dolores Amador, una dama de 53 años que está hospitalizada en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), asegura que no existe una hora del día en la que no escuche el ruido de los autos.

“Desde las 5:00 de la mañana se escucha a las damas de las golosinas cuando anuncian sus productos, al mediodía el ruido de los carros es terrible, y en la noche los vehículos avanzan como alma que lleva el diablo”, relató desesperada.

Esos molestos sonidos son los que le han impedido recuperarse en su lecho de enferma.

A ella se suman miles de pacientes de los hospitales San Felipe, Tórax y Escuela, donde el estruendo impide el descanso de los enfermos.


Consecuencias

Vilma Bonilla, otorrinolaringóloga que labora en el hospital Escuela, aseguró que toda esta contaminación sónica interrumpe la recuperación de los pacientes.

El ruido aumenta la presión sanguínea, produce problemas al corazón, ocasiona estrés, disminuye la concentración, modifica el ritmo respiratorio, produce tensión muscular, riesgo coronario y hasta alteraciones mentales.

Según los estándares internacionales, en un hospital el máximo de ruido debe ser de 25 decibeles.

Empero, en la mayoría de los centros hospitalarios de la ciudad los niveles llegan hasta los 90 decibeles, sobrepasando el límite general de 60.

Esta situación mantiene tensos a los pacientes, familiares y hasta personal médico que ocasiona un clima poco saludable.

El problema es que los centros asistenciales quedaron atrapados en el crecimiento de la ciudad y se debería contar con una ciudad hospitalaria que se ubique en las periferias de la ciudad para evitar que sonidos alteren a los pacientes.

“Se deben buscar mecanismos de control como cerrar los accesos vehiculares en los alrededores de los hospitales o construir pasos elevados para erradicar este problema”, indicó Bonilla.

Los conductores deben evitar tocar el claxón en áreas hospitalarias.

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