Tegucigalpa

Tegucigalpa: Villa Franca y Villa Cristina evidencian su transformación

Con el respaldo financiero del BID y la asesoría técnica del FHIS, unos 10 mil ciudadanos han logrado cambiar la realidad de dos colonias que permanecían presas del abandono.

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15.11.2012

El desarrollo ya no solo es una vista panorámica que ven como una estampa inalcanzable desde los miradores de sus casas.

Los habitantes de las colonias Villa Franca y Villa Cristina ahora son los arquitectos de un horizonte de prosperidad para sus comunidades.

Ambos sectores que solo figuraban en los medios de comunicación por la incidencia delictiva de más de 20 muertes violentas al año, ahora se unirán a las zonas de crecimiento social y urbano de la capital.

De la mano del Fondo Inversión Social (FHIS) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los más de 10 mil habitantes tomaron las riendas de un proyecto que los ha llevado a transformar su realidad.

Los 30 años de vivir entre el lodo, la insalubridad por la falta de un sistema de drenaje y alcantarillado; vulnerables a la inseguridad por la oscuridad, el riesgo social ante la inexistencia de áreas de esparcimiento y pobre acceso a la educación, pasaron a la historia.

Los líderes comunitarios, familias y jóvenes firmaron un pacto de paz y compromiso para implementar el proyecto Programa de Vivienda de Interés Social, que promueve el FHIS y es financiado por el BID.

Y después de casi dos años y medio de trabajo ya pueden observar y disfrutar los frutos de su esfuerzo, pues las transformaciones son tangibles.

Las principales vías de acceso pasaron del polvo al pavimento, las aguas negras y pluviales ya no corren por las calles, los centros escolares están en proceso de reconstrucción o ampliación y en terrenos abandonados se levantan canchas deportivas.

Sireya Díaz, ingeniera encargada del proyecto, aseguró que lograr el compromiso de la ciudadanía fue un proceso lento, pero que se obtuvo mediante el diálogo y el fortalecimiento de las actividades que desarrollaban sus dirigentes.

“Una vez que nos enlazamos con la comunidad para un fin común, los pobladores se empoderaron de cada programa y caminaron junto a nosotros hasta lograr concluirlos”, afirmó.

Ericka Flores, presidenta del patronato de la Villa Franca, destacó que los cambios son evidentes desde la entrada a la comunidad y que gracias a las iniciativas que se han emprendido, los lazos de amistad entre los vecinos se han estrechado aún más.

“Antes ni nos conocíamos, pero ahora no solo nos identificamos, sino que tenemos una meta: reconstruir nuestras colonias por el bien de nuestras familias”, manifestó.

Y no solo los líderes comunales se han involucrado en el rescate de las comunidades, sino que los habitantes son los protagonistas de las obras.

Don Pedro Turcios, de 82 años, pese a su lento caminar con un bastón y con problemas de visión, es uno de los más entusiastas promotores de las obras de desarrollo social.

“Yo fui uno de los primeros pobladores de la Villa Cristina, llevó 30 años viviendo acá y nunca me imaginé que llegarían obras de esta magnitud, por eso no dudé un instante en cooperar”, afirmó.

Los proyectos

El cambio inició con el desembolso de unos 150 millones de lempiras financiados por el BID en calidad de préstamo, para emprender las obras de infraestructura que modernizaron las colonias.

Solo en la colonia Villa Franca ya se concluyeron más de 10 kilómetros de pavimento en las arterias principales, 12 kilómetros de cunetas, el cambio de 12 kilómetros de tuberías y la construcción de cajas colectoras de aguas lluvias y negras.

Asimismo, se ejecuta la ampliación del Centro de Educación Básica Desarrollo Juvenil, donde se levantan dos aulas más y se reconstruyen los jardines de niños José Peniel e Iniciativa Infantil.

El centro José Peniel levantó una segunda planta para poner en funcionamiento talleres técnicos de belleza, computación y bisutería.

Además, se edificaron varios juegos de gradas y se instala un programa de alumbrado en las calles y callejones. Estas obras avanzan en un 70 por ciento y se espera serán inauguradas en febrero del 2013.

En total se intervinieron como área de influencia unas 2,000 viviendas en ambas colonias.

En la Villa Cristina se logró pavimentar cada uno de los accesos principales y mejorar los centros educativos.

Además de la huella de desarrollo, la creación de empleos ha sido uno de los mayores beneficios para los habitantes.

Unos 400 colonos trabajan en las obras de infraestructura y reciben un salario digno por su labor.

El éxito del programa ha traspasado las fronteras de las organizaciones que los ejecutan, pues esta semana personeros de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) visitaron las colonias para conocer de cerca su impresionante crecimiento.

El próximo reto para los residentes es lograr que cada vivienda se conecte al sistema de alcantarillado instalado y así alcanzar un saneamiento integral.