El senador republicano por Texas Ted Cruz finalizó su maniobra de bloqueo parlamentario, tras más de 21 horas de discurso, obligado por el reglamento, al dar comienzo una nueva jornada legislativa.
El objetivo del senador hispano, próximo al Tea Party, era retrasar lo más posible el voto en el Senado de una ley presupuestaria que debe permitir al Gobierno federal seguir funcionando a partir del 1 de octubre.
Cruz pretendía evitar que el Senado, de mayoría demócrata, tuviese tiempo para enmendar la propuesta recibida de la Cámara de Representantes y fueran restablecidos en ella los fondos necesarios para la ley de salud, que los republicanos habían suprimido en la Cámara baja.
Cruz advirtió de que llevaría a cabo esta maniobra de 'filibusterismo' hasta que el cuerpo le aguantara, con el objetivo de agotar todas las opciones para hundir la reforma sanitaria.
El período fiscal de Estados Unidos concluye el 30 de septiembre y si el Congreso, que no ha producido un presupuesto en tres años, no aprueba una ley que continúe las asignaciones actuales, el Gobierno federal deberá suspender parcialmente sus actividades a partir del 1 de octubre.
'Es una vergüenza que estemos aquí después de haber desperdiciado dos días' para evitar el cierre parcial del Gobierno, dijo el líder de la mayoría demócrata de la Cámara alta, Harry Reid, al término del discurso maratoniano de Cruz.
El 1 de octubre, asimismo, entran en funcionamiento los mecanismos de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio que Obama promulgó en 2010 y que los sectores más conservadores del Partido Republicano siguen combatiendo.
Cruz empezó su perorata el martes a las 18.21 GMT y finalizó el miércoles a las 16.00 GMT, más de 21 horas en las que no sólo habló en contra de la ley sanitaria, sino que leyó un cuento a sus hijas antes de que se fueran a dormir, tuits de los ciudadanos sobre su discurso, y todo tipo de recursos para dilatar el tiempo de palabra.
El líder de la mayoría demócrata someterá hoy a voto una moción para finalizar el debate sobre el texto y después el Senado votará para aprobar o no la ley provisional de gastos ya aprobada por la Cámara de Representantes -donde los republicanos son mayoría-, pero eliminando la parte que suprime los gastos para la reforma sanitaria.