Tegucigalpa, Honduras.- La colocación de un busto y restauración de tumba del pintor Pablo Zelaya Sierra volvió a poner en valor uno de los espacios históricos del Cementerio General de Comayagüela, gracias al apoyo de la Secretaría de Educación a través de la Dirección General de Historia y Patrimonio.
“Esta restauración responde a la necesidad de recuperar un sitio que estuvo abandonado durante años y que forma parte del patrimonio cultural hondureño”, expresó el historiador Daniel Vásquez.
Pablo Zelaya Sierra nació en Ojojona, Francisco Morazán, en 1896, y desde su formación en la Escuela Normal de Comayagüela destacó por su talento en el dibujo y la pintura.
Con el objetivo de ampliar su formación artística, Zelaya Sierra viajó a Costa Rica, país que contaba con una Escuela Nacional de Bellas Artes. “Su paso por Costa Rica fue determinante para su crecimiento profesional y para su proyección internacional”, explicó Váquez.
En 1920 se trasladó a España para estudiar en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid. “La experiencia europea influyó en su técnica, pero no lo alejó de su compromiso con Honduras”, afirmó el historiador.
Por su parte, la hsitoriadora Eunice Ardón narra datos importnates cuando Zelaya Sierra regresó al país en 1932, recordando que falleció al año siguiente tras sufrir un derrame cerebral en el hospital San Felipe.
Según los historiadores, tras su fallecimiento, se creó el Grupo Pablo Zelaya Sierra, impulsado por Visitación Padilla, con el fin de preservar su legado. Este grupo fue importamnte en la organización de homenajes y en la construcción de un sepulcro digno.
El monumento funerario fue construido en 1935 con donaciones de distintos sectores de la sociedad. “Existen registros que muestran una participación amplia de docentes, instituciones y ciudadanos”, detalló el historiador Vasquez.
A finales del siglo XX se mandó a elaborar un busto del artista, que posteriormente sufrió daños por el abandono del cementerio. El deterioro del entorno afectó directamente la conservación del monumento.
La restauración reciente, a cargo del artista hondureño Alex Galo, se realizó el pasado 18 de diciembre de 2025, con el apoyo de la Secretaría de Educación, a través de la Dirección General de Historia y Patrimonio en el marco del Año Lectivo de las Artes.