Tegucigalpa, Honduras.- La construcción del puente elevado Papa Francisco se inició con la promesa de ser un alivio vial para miles de conductores que a diario transitan por la zona. Irónicamente, desde que se puso en marcha, no ha sido más que un punto generador de quejas y frustración.
Los pocos avances en la obra, el mal estado de las rutas alternas, el tráfico, los kilos de polvo que reducen la visibilidad, el deterioro de los vehículos y la pérdida de combustible han sido como gotas que ya rebalsaron el vaso de la paciencia de los capitalinos.
Por ello, para aliviar un poco el malestar, la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) decidió aplicar un tratamiento asfáltico sobre las calles que están sirviendo como rutas de alivio ante la gran construcción que obstaculiza la vía principal.
“En las inmediaciones de la salida a Mateo, realizamos la aplicación de un tratamiento asfáltico para mejorar la movilidad y reducir el tráfico en esta zona”, anunció la AMDC a través de sus redes sociales.
Las autoridades aseguraron que esta medida es temporal, mientras se finaliza la construcción del puente.
La pequeña obra representa un respiro para los conductores que utilizan estas vías; sin embargo, la desesperación de la población no ha desaparecido.
La construcción de este proyecto comenzó el 27 de mayo de 2024, es decir, hace ya más de un año. Se tenía previsto que la obra estuviera finalizada para junio de 2025; no obstante, está a punto de iniciar agosto y el avance apenas alcanza un 38 %.
Las declaraciones del edil, aunque firmes, no han generado mucha tranquilidad entre la ciudadanía. “Si en un año y meses apenas llevan un 40 %, ¿cómo va a creer uno que el 60 % restante lo van a terminar en seis meses? No tiene lógica”, expresó un conductor entrevistado por EL HERALDO.
Las quejas de los ciudadanos han sido constantes. De hecho, el último reclamo fue público y notorio, cuando en la cima de la construcción apareció una enorme manta con las palabras: “Obra paralizada por el alcalde del familión”.
Ante este hecho, se aclaró que la obra no está paralizada. Sin embargo, al ser una construcción de gran magnitud, no siempre es posible ver a los trabajadores en sus labores, un argumento que no convenció del todo a la población.
Según las autoridades municipales, por esta zona transitan más de 120,000 vehículos diarios, por lo que, una vez finalizada, la obra vial representará un gran apoyo para la fluidez vehicular.
Mientras tanto, los capitalinos deberán seguir soportando el lento tráfico y el alto gasto en combustible. Aunque esperan que la aplicación del asfalto disminuya, al menos un poco, las incomodidades.