Tegucigalpa

Por extorsión cerraron 1,500 pulperías en la capital de Honduras

Entre 200 y 600 lempiras al mes cobran las maras a los comerciantes de pulperías y mercaditos

07.09.2017

Tegucigalpa, Honduras
“Buenos días ‘María’, ¿me trajo el encargo del mayoreo?”, era un diálogo muy cotidiano que se escuchaba en uno de los bloques de una residencial capitalina.

Esta conversación era constante entre “María”, una dueña de pulpería, y sus asiduos clientes, la mayoría vecinos.

De esa etapa donde las compras resultaban tan fáciles con solo encargarle a “María” lo que se necesitaba para los alimentos del día, hoy solo quedan los recuerdos.

Los pedidos de los compradores y el ajetreo diario de la comerciante cuando regresaba con canastos y bolsas llenas de verduras, carnes y productos de abarrotería se disolvieron de un momento a otro por causa de la extorsión.

Según las autoridades de la Asociación de Consumidores y Usuarios de Honduras (Aconsumeh), en la capital el 30% de las pulperías y mercaditos han cerrado por causa de este delito en los últimos dos años.

Esta cifra representa que más de 1,500 negocios donde se comercializaban productos al detalle cerraron luego de que se les exigiera a sus dueños el “impuesto de guerra”.

Por su parte, las autoridades municipales, de enero a junio de este año, contabilizan el cierre de unos 600 establecimientos en el casco urbano.

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De estos se calcula que un 30 por ciento no volvió a entrar en operaciones, y el resto se ha comenzado a establecer en aldeas y caseríos.

“Nosotros hemos comenzado a reportar que un alto número de pulperías y mercaditos han comenzado a funcionar en la zona rural del municipio”, dijo Nelson Flores, gerente de la oficina de Atiende, Entiende y Resuelve de la comuna.

Entre las causas que han dado a conocer los propietarios, un 50 por ciento es por disolución de sociedad y la quiebra, un 20 por ciento sin motivo alguno, y un 30 por ciento por cambio de domicilio.

Esta última justificación que han expuesto los comerciantes fue la decisión que tomó “María” luego que le llegara una nota a la puerta de su casa donde se le exigía un pago de 50 mil lempiras, pues de lo contrario la asesinarían.

-Aquel momento para mí fue como una sentencia de muerte. Con letras de periódico, los delincuentes me pedían pagar al día siguiente la primera cuota. En lo único que pensé fue en irme con mis hijos.

“María” en ese momento había quedado como madre soltera al separarse de su esposo, con la pulpería cubría hasta las colegiaturas, por lo que decidió pagarles lo que le pedían.

Unas semanas después llegó otro pedido de los delincuentes, pedían 20 mil lempiras más, y así hasta llegar a entregarles 200 mil lempiras, por cuotas.

-Para pagarles tuve que recurrir a varios préstamos, pero las deudas y el temor habían acabado con mi tranquilidad, solo pasaba llorando, casi llegué a volverme loca. Pero Dios me ayudó y de un día para otro salí de mi casa sin ninguna maleta, me fui al colegio y me llevé a mis hijos, gracias a Dios teníamos visa de turista y me vine a los Estados Unidos.

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Viaje sin retorno
La misma historia de dolor, desesperación e impotencia la han experimentado más de 12 mil familias capitalinas que han huido por la violencia, según un Estudio de Caracterización del Desplazamiento Interno presentado en 2015 por la Comisión Interinstitucional para la Protección de Personas Desplazadas por la Violencia (CIPPDV).

De acuerdo con este informe a nivel nacional, de los más de 174 mil personas que se han visto desplazados por la inseguridad, el 50 por ciento ha salido fuera del país.

A su vez el estudio revela que el 95.3 por ciento de los hogares desplazados no retornan a la zona de donde fueron expulsados, como es el caso actual de “María”, quien aseguró que en su nueva zona de residencia, aunque desempeña tres trabajos, ha logrado recuperar su vida y sus hijos han continuado los estudios.

Comercios en la capital de Honduras (Interactivo)





Reportes de autoridades policiales
Las autoridades de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) han informado que de enero a junio han recibido 510 denuncias de extorsión, de estas 228 han sido de comerciantes, las que representan el 45 por ciento de los casos.

“Del total de delitos que nos reportan, la extorsión encabeza la lista”, informó Norma Moreno, portavoz de la FNA.

En el caso de robo a comercios, en el último año se han reportado 560 casos, de estos el 36 por ciento se han concentrado en la zona, que es vigilada por los agentes asignados a la Unidad Metropolitana de Prevención 1 (Umep-1).

En esta zona, que es atendida por la Umep-1, se concentran 181 barrios y colonias, entre ellas la San Miguel, La Sosa, La Era, zonas con alto índice de violencia.

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“Es indudable que la extorsión ha golpeado los negocios que están en Tegucigalpa y otras zonas de Honduras, la percepción de nuestros afiliados es que ha mejorado la seguridad, pues han aumentado las denuncias”, expresó Rafael Medina, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (CCIT).

El entrevistado indicó que la extorsión es un tema que tiende a invisibilizar a los negocios ya que algunas personas cierran su pulpería y nadie se da cuenta.

Medina detalló además que en los últimos años han tenido más de un centenar de casos de extorsión entre los afiliados a la entidad que representa. La CCIT reporta unos 3,500 afiliados, entre bancos, pulperías, barberías, entre otros.

Otro rubro afectado por este flagelo en la capital son los transportistas, quienes aseguran que al año pagan unos 240 millones lempiras a las diferentes pandillas por extorsión. La cuota mensual es de unos 20 millones de lempiras.

El pasado mes en los departamentos de Cortés y Francisco Morazán se registraron cuatro asesinatos de transportistas, los familiares aseguran que fue por causa del mal llamado impuesto de guerra.

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