Su voz es reconocida por miles de feligreses, pero su rostro es un enigma.
Con su timbre agudo pero evangelizador, ha sido capaz de volver los corazones hacia el camino de Dios.
Pocos saben que Danilo Aceituno, el portador del evangelio de la radio Católica, inició su camino de la fe por accidente. Siendo muy joven y mientras su vida trascurría tras un balón de fútbol y una bella chica que asistía a la iglesia, Dios encarriló su destino.
Entre tímidas sonrisas e insistiendo que la fuente de este reportaje tendría que ser su amada radio, este carismático locutor accedió a compartir su historia con los capitalinos.
Su llamado
Danilo relató que cuando cursaba su bachillerato ingresó al grupo juvenil “Conociendo a Cristo”, de la iglesia San Miguel. “Entré, no por Cristo precisamente, sino por una chica”, confiesa abiertamente. Fue a través de este grupo que tuvo su encuentro personal con el Señor, en un retiro espiritual, al que asistió “casi engañado”.
Sin saber que Dios le tenía preparado todo un plan de vida, acudió un día a la radio Católica en busca de una canción para animar su grupo.
“Recuerdo que cerca del estudio estaba el encargado de “La voz de Suyapa”, en ese entonces era Rafael Vargas. Él estaba grabando algo sobre la doctrina de la iglesia, pero sus apreciaciones me parecieron erróneas”, manifestó.
Con el atrevimiento característico de los jóvenes, Aceituno le expresó a Vargas que estaba en un error. Entregándole un papel, el locutor le pidió que le escribiera las normas correctas. “Él me guió a empellones al estudio de grabación y me hizo grabar mis comentarios. Así a quemarropa me probó, hasta que me convertí en colaborador de la radio”, recordó.
Desde ese momento, Aceituno asegura que se enamoró de la radio, al grado que dejó su carrera de medicina para dedicarle todo su tiempo y esfuerzo.
Su vocación
Cuando formó parte de la planilla de la radio ya estaba casado y le dijo a su esposa, Sandra Lourdes Ávila, que solo estaría allí un año y ya lleva 15.
“Ella me lo advirtió, me dijo ya te perdí, porque la radio es muy exigente y no se equivocó”, recordó entre carcajadas.
Su primer logro en la radio fue que la unidad móvil de la trasmitiera en vivo la ordenación de un sacerdote y desde ese hecho empezó el peregrinaje de emisiones de diferentes eventos de la iglesia. “Recuerdo que la unidad solo salía en Semana Santa”, dijo.
Entre las coberturas que más han marcado su vida está la XV Jornada Mundial de la Juventud. «La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros», la ordenación de monseñor Óscar Andrés Rodríguez como cardenal y la beatificación del papa Juan Pablo II, tres hechos suscitados en la santa sede de Roma, Italia.
En la jornada juvenil, remembró que trasmitió durante un mes desde teléfonos públicos. En la ordenación del cardenal tuvo un encuentro con él en la Casa Generalicia de los Salesianos en Roma. “Se bajó de un taxi, nos preguntó cómo estábamos y le dije que cansados, pero muy tocados por Dios. Le comenté que ese evento era para mí como mi graduación, él me respondió que solo era un evento y me envió de nuevo a prekínder”, aseguró entre risas.
Para Danilo, el cardenal es su mentor, lo recuerda por sus constantes consejos, por regalarle sus primeros dos libros de liturgia y estar al pendiente de su formación.“La iglesia es mi madre, en su seno me formé y le agradezco llevando buenas noticias a la gente”, indicó.
Aceituno es padre de cuatro varones y siempre soñó con tener una niña. “La gente me dice que la niña que Dios me dio es la radio”, dijo con gozo. Así es Danilo, la voz de la fe que se esparce por todo el país llevando un mensaje de paz y amor.