Tegucigalpa, Honduras.- El Cementerio General de Tegucigalpa se ha consolidado como un espacio patrimonial abierto a la exploración académica, donde se estudia el arte funerario, su estructura y su cosmovisión.
Edras Izaguirre, administrador del camposanto, indicó que mensualmente reciben al menos una visita de estudiantes e investigadores, principalmente de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), así como de otras instituciones privadas interesadas en conocer la historia y arquitectura del lugar.
Por su parte, Luis Lozano, del Centro de Arte y Cultura de la UNAH, informó que los trabajos que se realizan son propuestas de los estudiantes de la carrera de Arquitectura de la UNAH.
Además, mencionó que los recorridos guiados son importantes para conocer más de estos espacios históricos. Es de destacar que este camposanto fue declarado Patrimonio Nacional desde 1995.
“Nosotros vamos casi todos los meses para conocer el camposanto”, mencionó Lozano, al tiempo que consideró importante conocer del necrópolis, ya que hay muchas cosas por investigar del pasado.
Un libro abierto
Por su parte, el historiador Daniel Vásquez, destaca el potencial de estos espacios como fuentes de múltiples estudios académicos y culturales.
“En el Cementerio General, se puede hacer una gran cantidad de estudios”, expresó Vásquez, señalando que se pueden abordar temas desde el arte hasta la sociología.
Uno de los aspectos más evidentes, según el experto, es el arte funerario, que permite observar la cosmovisión de las personas a través de las tumbas.
“Va a ver usted, por ejemplo, tumbas con estructuras masónicas, tumbas de personas que fueron religiosos, católicos Y simbolismos en tumbas que fueron de militares”, detalló.
Incluso, mencionó que algunas tumbas revelan aspectos poco conocidos de personajes históricos. “Va a ver simbolismo de algunos personajes que fueron un tanto nefastos para la historia del país y que han querido mantener su bajo perfil”.
Otro enfoque importante es el estudio demográfico, ya que “esta ciencia no solamente estudia los nacimientos y las enfermedades, sino que también estudia las personas que se han muerto”, amplió el entrevistado.
Además, desde la geografía se puede analizar la ubicación de las tumbas y desde la sociología, las jerarquías sociales reflejadas en el orden del cementerio. “Va a ver usted que en las primeras entradas está la élite, y los pobres están allá, botados en El Sipile o en otra parte del cementerio”, añadió el historiador hondureño.
Es por eso que el camposanto es una diversidad de conocimiento donde hace falta mucho por avanzar y estudiar, pero que se le puede sacar provecho, incluso en el turismo histórico.
