Mua: tres décadas de arte, memoria y transformación social

Mujeres en las Artes fue fundada el 15 de junio de 1995. A lo largo de estos 30 años, la organización ha evolucionado hacia una mirada formativa y social

  • 25 de junio de 2025 a las 00:00
Mua: tres décadas de arte, memoria y transformación social

Tegucigalpa, Honduras.- Hace 30 años un grupo de mujeres lideró una iniciativa que tenía como objetivo fundamental visibilizar el trabajo de las artistas; a tres décadas de ese nacimiento, los esfuerzos de Mujeres en las Artes “Leticia de Oyuela” (Mua) se abordan desde la transformación. Si hay una organización cuya trayectoria es la memoria de un país, es esta.

Mua ha evolucionado a la par de una Honduras que le ha exigido ser una plataforma más profunda e integral, donde el arte como herramienta de transformación social, archivo de memoria colectiva y espacio de reflexión comunitaria se ha convertido en los cimientos sobre los cuales se sostiene.

Sala MAC, un territorio de exploración del ser

América Mejía, directora de Mua, expresa que celebran estos 30 años con "regocijo", "por todo lo que hemos transitado en estas tres décadas, desde el papel que juega el arte y la cultura en la sociedad; porque han sido muchos tránsitos que hemos ido desarrollando con Mua, desde los programas artísticos, trabajo con las mujeres artistas, pero también con jóvenes, los espacios culturales y los colectivos".

Pero Mua ha desarrollado no solo una cercanía con los artistas, sino también con los jóvenes que desde el voluntariado buscan un involucramiento con el arte. "El voluntariado es una parte casi física de la organización, que los jóvenes se instalen y vean el arte y la cultura como una forma de compromiso, digamos, social. Entonces Mua se acompaña de ellos y de un equipo de trabajo mucho más amplio que antes", señala Mejía, y agrega que ese cambio generacional también es un desafío asumido por la organización.

El proyecto Educar a través del arte fue parte del trabajo de Mua durante varios años. Aquí se integró a miles de niños de escuelas públicas de la capital, con el involucramiento de voluntarios y artistas.


Transiciones y transformaciones

Desde sus primeros años en los 90, Mua centró su trabajo en la promoción de exposiciones y espacios para creadoras hondureñas, con la Sala MAC como epicentro de su actividad. Sin embargo, con el paso del tiempo, la organización ha transitado hacia una mirada más amplia que integra la documentación, el archivo y la investigación sobre la historia de las mujeres en el arte, reconociendo la urgencia de construir una memoria que no desaparezca entre silencios ni estigmas.

Recuerda Josefina Dobinger, cofundadora de Mua, que la organización ha transitado por seis gobiernos, ha vivido catástrofes naturales como el huracán Mitch, ha sobrevivido a situaciones políticas complejas que de una u otra manera han tenido un impacto en su visión, y ha transformado el acompañamiento que desde Mua se le da a las artistas que crean en contextos como este.

Y en respuesta a esos objetivos, la organización ha cultivado un fuerte vínculo con la comunidad, no solo con el voluntariado que mencionamos líneas atrás, sino también con las capacitaciones a mujeres de diferentes regiones del país en temas como la migración, los derechos y el duelo. Esto sin olvidar el programa "Educar a través del arte", con el que se alcanzó a miles de niños de escuelas de la capital en las diferentes ediciones que se desarrollaron.

Y a pesar de que algunos piensan que la organización ha cerrado o ha perdido visibilidad, quienes la integran insisten en que el trabajo no se ha detenido, sino que ha mutado.

Verónica Romero, coordinadora de comunicación de Mua, reconoce que para la institución ha sido un desafío adaptarse a las necesidades de cada tiempo, muchas veces trabajando en condiciones precarias que finalmente se convierten en periodos en los que la organización "se pone más creativa".

Verónica Romero, Josefina Dobinger y América Mejía señalan que Mua ha tenido que transformarse y replantearse algunos de sus objetivos en estas tres décadas.


"Siguen siendo prioridades el tema de la comunidad, formar públicos, trabajar con las escuelas, con los docentes, pero de un tiempo para acá nuestro trabajo ha sido diferente en el sentido de que potenciamos el arte como herramienta de transformación social".

Pero con el tiempo también reflexionaron sobre la importancia de que Mua tenga una memoria, y que todo ese trabajo que han realizado durante tres décadas tenga un soporte documental organizado, por lo que se han dado a la tarea de recuperar ese archivo que le da contexto a lo que se ha venido haciendo a lo largo de todo este tiempo. "Nos dimos cuenta que también nosotros estábamos perdiendo en algún momento toda esa memoria que teníamos de todo lo que hemos hecho", dice Romero.

Los objetivos y las nuevas rutas

De esos objetivos del inicio de Mua "más bien nos estamos alejando", señala Dobinger, porque las demandas de hace 30 años no son las de ahora.

Si antes el espacio expositivo era importante, ahora lo es aún más todo el proceso que hay detrás de un proyecto artístico, por lo que Mua se ha dado a la tarea de acompañar ese aprendizaje de las artistas, de indagar en las motivaciones, los entornos y los resultados. De ahondar en esos procesos creativos que no son producto de una casualidad o la llamada "inspiración", si no la respuesta a otras inquietudes que hay que reconocer y definir.

"No solamente es hacer visibles a las mujeres, sino cómo viven las mujeres su propia realidad, cómo interpretan lo social y cómo intervenimos en lo social", indica Dobinger, y agrega que es importante que las mujeres tengan consciencia de cómo este complejo sistema social, donde la injusticia tiene una cuota en nuestra realidad, "afecta a cada una de las mujeres que estamos en este país, y también hablemos de las niñas y niños, de los jóvenes que han sido muy perseguidos y afectados en este contexto".

Si bien Mua toma nuevas rutas, lo hace con la consciencia de que habrá que renunciar al protagonismo que pudo tener en la escena cultural años atrás y que se traduce en una actividad cuantificable. Romero es del pensar que las acciones desde el arte no deben pensarse desde los números, sino desde la huella que esas iniciativas dejan en una persona o comunidad, porque finalmente "somos humanos, no números".

Uno de los proyectos actuales de Mua es organizar su archivo, un importante tesoro documental en el que se resguarda el devenir del arte durante tres décadas.

"Tenemos un sistema cultural pequeño, y se cuenta cuál es el centro cultural que hace más actividades", dice Mejía, pero de un tiempo para acá Mua ha abandonado esa visibilización y se ha enfocado en procesos que muchas veces son invisibles dentro del marco expositivo. Porque se trata más de procesos formativos y sociales en comunidades, con mujeres que no necesariamente son artistas. Es un estar expuestos pero hacia lo interior. "Se ha tratado de volver a la identificación profunda, de centrarnos en el tema de los traumas, la memoria, los traumas colectivos en una historia de silencios", detalla Dobinger.

En el marco de estos 30 años, Mua se ha planteado objetivos en el mediano y largo plazo. El trabajo se enfoca en el fortalecimiento de la gestión cultural, en fortalecer los cursos de formación y el acercamiento con las casas de la cultura.

A lo interno, fortalecer las capacidades que han desarrollado en estas décadas de trayectoria, así como reforzar la vinculación organización-artistas-sociedad.

Hoy, Mua se redefine como un espacio introspectivo, seguro y resiliente, comprometido con la creación desde lo íntimo y lo colectivo, en un país donde el arte sigue siendo una herramienta vital frente a las heridas sociales. “Nuestro trabajo es diferente, y nos hemos planteado el arte como espacio de discusión”, dice Romero.

Para Mejía, es necesario que las instituciones culturales se cuestionen, “porque esta institucionalidad está bien repetitiva, arcaica”, es por ello que desde sus ideas e iniciativas “nos replanteamos cómo se está desarrollando la práctica artística con las mujeres”.

La mirada de Mua sigue puesta en el presente y el futuro, para seguir reafirmando su compromiso con la sociedad desde el arte, es por ello que a 30 años de su origen, siguen volviendo a nacer.

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Samaí Torres
Samaí Torres
Editora de la sección Vida

Licenciada en Periodismo por la UNAH. Máster en Crítica y Comunicación Cultural por la UAH y Máster en Alta Dirección Empresarial por la EOBS y la UCAM. Es periodista cultural de El Heraldo desde 2011.

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