Tegucigalpa, Honduras.- Se cerró el telón de su vida, aunque su eco sigue suspendido entre bambalinas. Danilo Lagos (1967) cerró su última escena ayer, a las 10:50 de la mañana, en el Hospital Escuela. Allí concluyó una batalla de siete días —tras un accidente cerebrovascular—, librada con la misma entereza con la que defendió el arte durante más de tres décadas.
Hoy estaba prevista la función benéfica “Mano a mano por Danilo”, que habría reunido risas, solidaridad y aplausos para recaudar fondos a su favor; en cambio, esta jornada se convierte en un momento de despedida en el Jardín de Paz Perpetuo Socorro, donde descansarán sus restos por la eternidad, luego de haber sido velado desde ayer en la Iglesia Cristiana Ágape.
Cofundador y pieza clave del Grupo Teatral Bambú, Lagos fue un artesano de la escena, un actor que comprendía la nobleza del teatro como un gesto humano. Su voz, su risa y su paciencia modelaron generaciones de artistas.
Quienes lo conocieron lo describen como humilde, modesto, de humor fino y carácter jovial; nunca buscó ser el protagonista de una obra, aunque lo fuera sin proponérselo.
“Danilo dedicó su vida al teatro, al arte y a la amistad. Su entrega, su humor y su pasión por la escena marcaron la historia de nuestro grupo y de las artes escénicas en Honduras”, reza la nota de duelo del grupo que fue su segunda familia por más de la mitad de su vida.
Al servicio del arte
A lo largo de su trayectoria, también integró agrupaciones como Teatro Taller Tegucigalpa, Compañía Nacional de Teatro, Teatro Universitario Padre Trino, Teatro Popular Lucy Ondina y Teatro Laboratorio de Honduras.
Fue actor de obras memorables —“La cantante calva”, “Edipo Rey”, “Los inocentes”, “Morazán y los brujos”— y precursor del teatro de títeres, arte que incorporó con maestría al repertorio nacional.
Su nombre también se asocia a la docencia, desde la Academia Nacional de Arte Dramático instruyó a generaciones, compartiendo su oficio con la misma pasión con la que lo ejercía. Amante de la fotografía artística, encontraba en cada encuadre otra forma de narrar la belleza de la vida.
Su hijo, Danilo Alejandro Lagos, expresó en sus redes sociales: “Padre mío, te admiro, te amo, te amaré”. Al mismo tiempo, amigos, familiares, colegas e instituciones se han sumado a las muestras de pesar por la pérdida del actor, director y titiritero, compartiendo homenajes y palabras de reconocimiento.
Hoy, los aplausos suenan más largos, más hondos... el público lo despide de pie, mientras el telón se rinde ante su nombre.